Twenty one

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— ¿Abstract, qué haces? —Paró lo que estaba haciendo al sentir las manos frías de su madre en su rostro— ¿Cariño, por qué hiciste esto?

Abstract se quedó mudo al escuchar eso.

Cariño.

— Y-yo... —Atinó a decir, estaba cansado para hablar— ¿P-podemos irnos?

 — No, no se puede —Esta vez habló Reaper— Tienes que descansar.  

— Pero, y-yo... me quiero ir —Unas lágrimas resbalaron por sus pómulos— M-mamá...

— Reaper tiene razón —Algo nervioso y con mucho cuidado, abrazó a su hijo— Duerme ¿Sí? Voy a estar aquí.

La escena podría ser conmovedora a primera vista; sin embargo, a Abstract sólo le parecía rara, prefería estar con su papá. 

Su madre nunca le mostró mucho afecto, así que era incómodo si lo hacía ahora de la nada. Supongo que tendría que acostumbrarse.

Todo toma su debido tiempo.

— Luego vamos hablar de lo sucedido, Abstract —Susurró Reaper a su hijo, él asintió y se refugió en el pecho de su madre— ¿De acuer...?

— ¿U-ustedes me... q-quieren? —De nuevo, después de tantos años, hacía aquella pregunta, ansioso esperaba que respondieran, sólo necesitaba saber.

Ninguno de los adultos pronunció alguna palabra.

¿Por qué era tan difícil expresarse justo en ese momento?

— Sí, claro que lo hacemos —Se acercó el de traje negro a su hijo— Eres... lo valioso que tenemos, por ti sacrificamos muchas cosas.

— ¿E-en serio? —Tartamudeo sin creerlo del todo— Pero y-yo...

— Por ahora descansa, más tarde hablaremos.

Abstract hubiera querido preguntar más, pero la calidez que sentía junto a sus progenitores fue mayor, tanto que al final se quedó dormido.

||Ellos no me quieren|| «Abstract»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora