🌈Capítulo 3.🌈

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"Pov' Fran".

Cuando Ignacio me invitó a pasar el resto de la tarde en su casa, con su abuela -la cual me dijo que era la única persona con la que vivía - realmente me sentí bien, y ciertamente, no deseaba volver a casa luego de la brutal paliza que había recibido por parte de mi padrastro.

Todo el cuerpo me dolía, respirar me dolía, e incluso parpadear me dolía.

Tal vez me duela porque tengo un maldito derrame en el ojo- pensé.

Cada vez que movía si quiera un solo dedo, sentía como mi cuerpo se estremecía del dolor.

Realmente agradecía la ayuda de Ignacio hoy temprano, pues estoy seguro de que si me hubiera encontrado solo, tal vez ni siquiera podría haber llegado a la enfermería yo solo.

Y agradecía más que nada que no halla preguntado, aunque lo hizo pero realmente no insistió ni me presionó para que se lo dijera y eso sinceramente me hizo sentir bien, ya que él no tendría que enterarse de la mala vida que llevaba.

Y ahora que estaba aquí me sentía tan bien, su casa, aunque casi vacía y pequeña, era tan acogedora y cálida, desprendía desde cada rincón el cariño y la cantidad de amor que aquí había, tanto familiar como propio.

Yo deseaba tanto que en mi casa las cosas fueran así, porque allí no era un hogar, no había ni una pizca de cariño o amabilidad en mi casa, ni siquiera nos llevábamos bien entre nosotros, y eso que solo éramos cinco personas viviendo ahí.

—Francisco...—no me había dado cuenta de que había estado en mis pensamientos desde que habíamos llegado por lo que él me había llamado seguramente más de una vez.

Sabía que Ignacio muchas veces me veía desde lejos, era muy difícil no notarlo si era tan obvio, aunque ciertamente me parece súper linda y tierna su forma de ser, e incluso su forma de acosarme.

Él no era un acosador en el mal sentido. Lo sabía. Él sentía algo por mí, ya sea algo pasajero o no, se que habían sentimientos que seguramente tenían mi nombre.

Y me encantaba, adoraba la idea de saber que para alguien era aunque sea mínima mente importante, porque hacía años que me sentía insignificante, como si mi vida no valiera nada, como si nadie fuera a extrañarme si me voy, excepto por mis hermanitos que seguramente serían los únicos a los que les haría falta.

Aunque no sirvo para nada realmente.

Volví a la realidad cuando Ignacio se puso frente a mi y nuevamente dijo mi nombre.

—Francisco...¿estás bien?.

Mire sus ojos y se veían tan claros, ese color que siempre había sido mi favorito, se encontraba ahí, justo en sus ojos, a veces más claro y a veces más oscuros.

—Estoy bien, solo estaba pensando...— él parecía no creerme mucho, pues vi la duda en sus ojos, pero aún así no me cuestiono.

—Esta bien, ¿quieres tomar té de manzanilla?, es mi favorito así que pensé que tal vez podríamos tomar eso, o si quieres algo más...— tuve que interrumpirlo antes de que siguiera divagando.

—Si, me parece genial, adoro el té de manzanilla.

Ignacio sonrió y se dispuso a preparar la merienda, y yo solo pude quedarme ahí sentado en su sofá, mirando todo a mi al rededor, porque aunque lo quisiera, no podía moverme mucho por el dolor.

Miré a mi alrededor y noté que además de la decoración no tan moderna, -aunque muy linda a decir verdad -
el lugar se veía bastante bonito y sencillo.

También noté que habían muchas fotos de quien supongo era Ignacio, algunas de ahora, y otras de cuando era más pequeño, y en casi todas ellas aparecía una señora de edad media, tal vez era su madre, o su abuela, aunque no se veía tan mayor como para ser una abuela.

Bueno, realmente no podría certificar eso porque yo no tenía una abuela, así que bien podría ella serlo o no.

Sentí a alguien sentarse a mi lado y dejé de ver con tanta atención una foto de Ignacio en la que al parecer tenía cuatro o cinco años.

Wow, él realmente se veía muy tierno con un uniforme de jardín, con esas mejillas sonrosadas y una sonrisa tan grande como la sonrisa del gato de "Alicia en el país de las maravillas". -pensé. 

Miré a mi lado y me sorprendí al ver que la persona que se encontraba ahí, junto a mí era la misma persona que acompañaba a Ignacio en la mayoría de las fotos que había visto.

Y lo supe, ella era parte fundamental de su vida, ahora y siempre.

Ella me mostró una sonrisa de lo mas amable y maternal, en sus ojos pude ver ternura y comprensión, como si yo fuera un libro abierto de mis emociones y ella pudiera leer el dolor de mi alma, los moretones y  heridas de mi piel, incluso como si pudiera ver la desesperación y miedo en mis ojos, como si ella pudiera ver cada parte de mí.

Cuando ella iba a decir algo, justo Ignacio entro en la sala e interrumpió nuestras miradas, nuestras palabras silenciosas, y nos ofreció a ambos una taza de te, pastelitos, y comenzó con la presentación.

Realmente, esperaba caerle bien.

Realmente, esperaba caerle bien

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Bueno, llegamos al tercer capitulo, al fin, ¿no?, después de tanto tiempo.

Quiero decirles que me sorprende mucho el cariño que esta recibiendo esta historia, nunca crei que la iban a querer tanto, pero me encanta y se los agradezco a quienes leen, votan y comente.

Sinceramente estuve muy ocupada con temas de la escuela, pero posiblemente el viernes o sabado, haga una doble actualización.

sin mas que decir, besooos y mucho amor.

(una imagen de como se vería Fran  más o menos mientras toma el té).


Bousni.(Gay/+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora