Eren titan

Capítulo 6 Curiosidad y caos

Capítulo 6

Curiosidad y caos.

El sueño no había sido demasiado amable con él. Aunque estaba en reposo, su cuerpo se sentía inquieto, atrapado en un sueño ligero sin la presencia del amanecer. Sus sueños lo mantenían prisionero al parecer. Desde que él y sus pequeños habían hecho el trato, sus visiones nocturnas estaban llenas de dolor y angustia, ilusiones de fracaso y muerte para el último de su familia. El titán se sorprendió de que todavía no había tirado y convertido su nido, algo que temía mucho porque sus pequeños corrían el riesgo de ser aplastados por su peso. Sin embargo, Armin y Mikasa lo habían confrontado tres o cuatro veces para gritar en su sueño insano. Cada vez que expresaban su preocupación y preocupación, Rogue naturalmente lo empujaba y daba una sonrisa ensayada, tratando de indicar que nada estaba mal.

El titán se contrajo, tratando de escapar mentalmente de una visión de sus pequeños convirtiéndose en una cena. Rogue apretó los dientes con más fuerza mientras se encogía. Un pequeño y desesperado gemido se deslizó por sus fauces justo cuando los débiles rayos del crepúsculo descendían hacia la cala. Mientras su piel empapaba la luz como una esponja, el titán obligó a sus párpados a desprenderse. Poco a poco, levantó la cabeza de las hojas secas, dejando que la realidad barriera los sueños de su mente. Rogue dejó escapar un suspiro y lentamente puso sus ojos en sus pequeños. Él mismo estaba acostado de lado, los dos niños pequeños, que estaban profundamente dormidos, residían en el baño entre su caja torácica y su pelvis. Durante un largo momento, observó cómo sus pequeños cofres subían y caían suavemente. Eran tan pequeños, inocentes e indefensos en un mundo lleno de monstruos. La idea de llevarlos fuera de la cala lo perseguía aún más. Los ojos de Rogue descendieron a las hojas en su nido mientras pensaba. El no pudo No pudo exponerlos al hambre de los titanes. Sin embargo, no podía dejar que sus pequeños murieran de hambre.

La criatura parpadeó y se volvió para mirar a los dos niños que estaban en su carne, intentando idear una idea para liberarse de su trato y hacer que se sintiera mejor en todo. Las orejas de Rogue se levantaron repentinamente mientras un plan se desarrollaba en su mente. Sus pequeños dormían profundamente mientras él estaba despierto y alerta. Si tenía cuidado, podía escabullirse, conseguir la carne de la que hablaban los animales y regresar a la cala con la comida en la mano. Por supuesto, Armin y Mikasa podrían estar despiertos en ese momento. Lo más probable es que estuvieran decepcionados, incluso enojados. Pero, ¿qué podrían hacer dos niños pequeños para herir a un titán de quince metros?

Nada físico para decir lo menos.

Rogue asintió para sí mismo ante su decisión. Se sintió mucho mejor dejándolos atrás para esperar en seguridad. Por mucho que quisieran ver el mundo exterior, sus pequeños tendrían que ser pacientes. Él haría el mundo seguro para ellos primero. Poniendo su plan en acción, el titán levantó lentamente sus manos gigantescas hacia los niños. Rogue contuvo el aliento mientras colocaba una mano abierta y la otra sobre las dos. La criatura luego levantó cuidadosamente a uno de sus diminutos humanos con su pulgar e índice con la misma precisión de enhebrar una aguja. Luego, el titán colocó a su pequeño en su palma abierta antes de repetir la misma tarea estresante con la otra. Rogue tomó un momento precioso para estudiar las pequeñas figuras. Estaba un poco sorprendido por su logro, orgullosos y aliviados de no haber roto accidentalmente los delicados huesos de los cuerpos de sus pequeños ni haberlos despertado. Rogue luego, gradualmente, bajó su mano hacia las hojas cálidas y secas, sacándolas con éxito de su palma y las metió en su frondosa cama. El titán se robó unos segundos más gratificantes para observar las señales de que sus pequeños estaban despertando, señales de fracaso. Una vez satisfecho de que los dos niños todavía estaban en reposo, Rogue comenzó su intento de escabullirse del nido, la acción como una carrera de obstáculos en sí misma. El titán maniobró torpemente, colocándose sobre los dos cuando comenzó a arrastrarse sobre sus manos desde el hueco. Rogue casi podía sentir el calor de su cuerpo aumentando con sus nervios. No solo tenía que asegurarse de estar en silencio, sino que cada colocación de sus rodillas, pies y piernas debía ser precisa.