La Mafia es Color Rosa • AU

Peachy

★★★★★

     No es que fumar fuese un vicio en él, pero llevaba algunos días sin ver a sus amigos, se sentía solo. Su madre no dejaba de hablar de las inversiones, las acciones y cómo hacer que incrementaran. Por culpa de Noctis ahora un centenar de responsabilidades y expectativas recaerían en sus hombros, todas ellas girando en torno a la fortuna, los dominios y el prestigio familiar; lo importante de ser un Campbell.

     Mucha más presión de la que podía manejar en términos normales, lo había empujado a prender un cigarrillo en esa tarde lluviosa, las nubes oscuras de algún modo le recordaban que nunca se iba a librar de su apellido. Pensar en Castle White tampoco lo reconfortaba, por allá todo mundo estaba molesto con él, empezando con Naminé, la chica que le gustaba.

     Dejó que el humo saliera de su boca. Dar un paseo por el centro comercial podía parecer la mejor idea tenida en días. Necesitaba despejarse, no planeaba nada para hacer resistencia al destino que se le encomendó, pero seguía siendo duro de aceptar.

     Extrañó a Sora, que no distinguía ninguna hora del día para ser escandaloso. Extrañó a Roxas que se molestaba fácilmente y discutía por deporte. Extrañó a Ventus que se ponía rojo por cualquier cosa y respondía feo a Vanitas aunque su vida peligrase por ello. Extrañó a Naminé, Aqua y Kairi armando alboroto por ser las reinas del colegio. Verlas reír juntas y luego contemplar a la chica rubia a la distancia, como si nada más en mundo fuese real.

    Sacó el móvil y vio que su fondo de pantalla era Xion abrazando el peluche de conejo que ganó en la feria del parque. La extrañaba de forma inesperada, diferente a cómo lo había previsto. Necesitaba que ella estuviera cerca y le dijese «tranquilo, todo va a salir bien, igual si Noctis se hacia cargo de la empresa la iba a llevar a bancarrota, en mejores manos que las tuyas no podía estar» y luego se pondría a hablar de su capítulo preferido de las Winx o cualquier otra niñería que ni al caso. Nada en el mundo podía ir mal con ella cerca.

    Anduvo hasta llegar a una tienda que tenia unas luces neón color rosa con el cartel Peachy Girl alumbrando en el mismo tono. Aquello le recordó todavía más a Xion, tal vez le podría comprar un regalo.

     Importándole poco que aquella fuese un local dedicado exclusivamente a las chicas, se sabia por el rosa pastel de las paredes y los adornitos blancos en los diferentes muebles. Entró y empezó a revisar los escaparates. Había de todo un poco; ropa con encajes, vestidos vaporosos, bolsos pintados a mano, zapatos de tacón, perfume más bien empalagosos, joyas auténticas. Todo se conservaba la gama de colores pastel y aspecto suave. Evidentemente era un sitio caro.

    Una de las chicas de servicio se acercó a él, algo intrigada por verlo tan tranquilo en la tienda, pero más bien intimidada por lo apuesto que era.

—Bu-Buenas tardes, ¿lo puedo ayudar en algo?

—Sí, gracias —dijo cortésmente—. Es que pronto tendré que hacer un viaje y me gustaría hacerle un regalo a mi novia, soy un fracaso en el tema y no sé qué regalarle.

     Un pinchazo de decepción la atravesó, por su puesto que él iba a tener novia. Por qué sino estaría en un lugar como ese.

—Quizás pueda ayudarte, dime, ¿qué tipo de chica es tu novia?

—De las que se sabe todas las canciones de Barbie y Marilyn Manson —no se le ocurría mejor forma de describirla.

—Interesante combinación... ¿qué me dices de lencería color pastel? Podría ser el punto medio, o quizás un abrigo de piel.