10 Capítulo

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Me atacó y yo caí al suelo, pero la furia me invadido cuando vi como dos lobos atacaban a Steven, él aullo del dolor, esto dos lo siguieron mordiendo, pero n lobo marrón ataco a un gris Steven le agradeció. En ese momento ataque a Raitor por el cuello, pero pudo zafarse, rápidamente, ya que yo nunca había peliado con nadie, me atacó por el costado, y empeze a sentir demasiado fuerza interior, y de un momento al otro vi como Raitor dejaba de respuesta en mi cara. Lo había atacado por el cuello y sin piedad lo empecé a morder sin parar.

La guerra terminó, yo estaba agotada, levante la cabeza todos me miraban con respeto y cansancio, vi como Marc huía por el bosque y dos más lo seguían, nadie lo vio pero yo si, por suerte tan sólo murió uno el que yo quería ver muerto.

Le aulle a la luna y luego los otros me imitaron, la paz entre ambas manadas había aparecido, pero algo en mi me decía que esta era una de las tantas de las guerras que tendría pero por ahora estaría acargo de dos manadas con el apoyo de mi marido.

Mi marido me dirigió a mi y a toda la manada a nuestro castillo.

Al llegar todos ya heramos humano y no reconocí a nadie.

-No reconozco a nadie-le susurre a mi marido muy, muy bajo ya que me podrían oír con la alta audición.

-Descuida haremos una fiesta y todos se presentarán en ella-también en voz baja-pero primero que descansen.

Se dirigió hacia dos grandes sillones que había en lo alto en el centro del gran salón, eran rojo con amarillo y tenían varias piedrecitas de ¿diamantes?

-Todo esto será nuestro cariño -y hizo un seña con el brazo señalando todo-este será nuestro reino y estará alejado de los humanos, esto para ellos no existirá, pero hay todo un límite que te puedes convertir, si sale de este no te podrás convertir...-y me siguió explicando todo, mientras que yo le prestaban demasiado atención.

Esa noche uno durmió en el sillón y el otro en la gran cama, o mejor dicho el en el sillón y yo en la cama, me dijo que iva a ser hasta que nos acontumbremos, el uno al otro ,yo lo acepte pero realmente me quería saltar ese paso y seguir al otro, me dormí a regañadientes, pero lo hice.

Me desperté y me fui a bañar a mi baño personal. Al salir me dijo cuenta que n sabía que poner, maldije y salí envuelta en mi bata y me encamine hacía el gran ropero real.

Al entrar había un monton de espejo y puertas, en la mesa del medio había un control, todo tenía un tanto aL los años 1890 que le daba un detalle especial a cada cosa. Me puse un vestido rojo, que parecía muy comodo, tenía detalles con algunas piedras en el escote y en la cintura, con unos zapatos de taco bajo que me quedaban a la perfección, ¿ya sabían todos mís talles ?

Salí de la habitación y todavía mi marido no había vuelto, la habitación era grande y la cama tenía una sábanas de sedas preciosas color rojo intenso, en cada punta había un castillo tallado a mano,supuse, el piso era de madera clara y el techo y las paredes color mostaza que combinaba con las cortinas de la terraza. Al fijarme en ellas me dieron gamás de ver mi reino.

Al salír vi un bellísimo prado y un montón de gente caminaba sobre el.

Salí de mi habitación y hice un esfuerzo para recordar el camino al salón. Al llegar a este estaba Steven hablando con unos señores que al verme hicieron una reverencia. Steven al darse vuelta y verme se acercó a mi y me dijo

-Te quiero presentar a mis tíos, eL Señor Bank Gore y el Señor Nace Gore, señores ella es mi mujer Marisa Laurent-nos presentó Steven, ambos eran muy parecido a Anne en ciertos rasgos, uno Bank era alto con ojos claro y pelo oscuro, como Anne y el otro era de estatura mediana y tenía los ojos marrones como Anne y pelo rubio.

-Un gusto-dije

-El gusto es nuestro, conocer a la hija de Lena -y me ambos me besaron amablemente la mano y luego se fueron. A lo lejos escuchaba como decían" serán unos grandes líderes"

-Mi amor estás bellísima -me álago.

-Tu también cariño-y lo bese, el llevaba puesto un traje de seda muy lindo que le hacía sobresalir sus ojos. El me devolvió el beso tiernamente y intenso, nuestro primer beso el mejor de mi vida.

-Ohh mi amor me acordé-me dijo igual dándome besitos en los labios-tengo una sorpresa para ti esta noche-me dijo.

-¿Cual?-pregunté, odiaba las sorpresas.

-Ah!, nose, es una sorpresa-me dijo burlándose de mi, ese día estaba radiante-te dije que hay muchos que están enamoradados de ti, y lo admito estoy un tanto celoso-se rió nerviosamente, pero yo me reí con ganas, eso no le gusto mucho pero, no me importo.

-¿Steven?-pregunté.

-¿Que Marisa?-me pregunto, yo odiaba que me digan así.

-Dime mejor Marcy-le dije

-Es lo mismo que yo te diga, dime Damon-me comparo.

-No, no es lo mismo-cruzandome de brazos.

-Si, si lo es-me dijo divertido.

-Haber dime ¿Porque es lo mismo?-le rete.

-Porque así es como nos llamaban antes de ser los alfa-me dijo, con una sonrisa de victoria. Pero yo era igual de competidora como el.

-En ese caso, tu llámame Marcy y los demás Marisa-le dije orgullosa de que lo deje con la boca cerrada-pero eso no era lo que quería hablar, ¿tu poder es leer las mentes?

-Si ¿por?-me pregunto.

-Por pura curiosidad-le dije-¿Me puedes leer la mente a mi?-le pregunté.

-No, desde que me convertí en lobo puedo leer las mentes pero, desde que te conocí nunca pude saber lo que piensa. Así que estas asalvo de mi poderes. También mi madre no puede hacer ningún truco contra ti, ni leerte el futuro-me contó-es como que te hallas creado un muro impenetrable, a tu mente-me gustó lo que me dijo.

-Buenísimo-fue lo único que dije.

Al darme vuelta una hermosa jovencita se acercaba a nosotros, era alta delgada, con ojos color café y un largo cabello rubio que le caía en una hermosa trenza por un hombro.

-Hola mi señora, mi señor-nos saludó con reverenciaS

-Hola-dijimos ambos a la vez-¿Que necesitas jovencita?-pregunté.

-Vine a entregarle esta carta, el señor quien me lo entregó dijo que lo lea la señora, mañana cuando despierte-no entendía nada, de lo que m decía pero igual agradecí

-Gracias muy amable,de tu parte...-le hice una seña para que me diga su nombre.

-Ah, disculpe, Alice-me dijo.

-Mi amable Alice-cuando se marchaba la iba a detener pero, me dije que no, la carta me traía un mal presentimiento.

-¿Que será?-pregunto muy serio Steven.

-No lo sé, pero me da muy mala racha esto-y levante la carta-pero no se abrirá hasta mañana, ¿de acuerdo?-le pregunte a Steven.

-Mmm.. esta bien, pero estaré yo cerca, ¿vale?-me pregunto, muy serio.

-Esta bien-contesté rendida.

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Fin!! espero que les haya gustado.

No se olviden de la otra historia.

En la otra página esta todo.

El lobo negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora