Un pétalo rojo, una hoja nueva.
Cuantificación del sentido tangible de fantasía, formula inequívoca.
Un dulce experimento para tomar lágrimas de la perla, las lágrimas derramadas, florecen una vez más.
Contuve la respiración en el momento en el que...
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Después de aquella noche, Taekwon se había dedicado a tratar de replicar aquel aroma mezcla de café, miel, avellanas y algo más que no lograba descifrar, no sabía si era frutal, floral, almizcle, madera...
Probo con todas las esencias conocidas para poder llegar hasta ese aroma en particular, pero ninguna llegaba a ese aroma que tanto buscaba.
A pesar de pasar la mayoría de los días en su laboratorio, siempre se hacía un espacio para ir hasta aquel Pub, en el que descubrió, que el chico Barman era pareja del dueño y que además eran amigos de su amado rubio, iba con la esperanza de tener noticias de su pequeño Jaehwanie -pues sí, también descubrió, que el rubio era dos años menor- pero sin tener éxito.
—No se quedan en un lugar en específico, Jin Hyung y Jae Hyung, son absolutamente hiperactivos, no pueden quedarse quietos, y hasta donde sabemos, se quedan en un lugar solo lo suficiente para juntar y de ahí moverse a otro lado— le había dicho Gongchan una noche que noto al pelinegro muy decaído.
***
Una de esas noches en las que Taekwon desaparecía y no llegaba hasta entrada la madrugada, su mejor amigo lo esperaba con varias cajas de cartón en la sala de estar.
—Hakyeon?— dijo el pelinegro al ver a su mejor amigo, aun despierto a esa hora y con cara de "mamá regañona"
—Taekwon, me puedes explicar que es todo esto?— dijo el moreno, refiriéndose a las cajas de cartón que habían llegado esa tarde.
—Cajas?
—Me refiero a lo que hay dentro de las cajas, Genio.
El pelinegro un poco confundido se acercó hasta su amigo, abriendo una de las cajas y se sorprendió al ver las esencias en las que había trabajado, saco su celular, y se topó con un mensaje de parte de Sunggyu, en el que el mayor le decía, que le apenaba mucho pero que necesitaban la pequeña bodeguita que la universidad le había prestado, pero que al momento de graduarse debía desocuparla, de modo que no tenía de otra más que enviarle todas sus cosas.
El moreno un poco confundido por la pequeña botellita que el menor tenía en sus manos, la tomo y la abrió, quedando fascinado por el aroma que emanaba de esta.
—Leo!
—Si?
—Tu hiciste todo esto?
—Si
—Hay por Dios, tenemos todos nuestros problemas resueltos.
—De que hablas?
—Con mis contactos podemos poner una perfumería, y elaborar tu propia marca.
Sin darle tiempo a que el pelinegro dijera algo, el moreno tomo su celular, despertando a su novio para que lo ayudara en aquel proyecto.
Semanas después, había conseguido un edificio de cuatro pisos, un poco deteriorado pero que con una buena remodelación quedaría impecable, por recomendación de Gongchan, se contactaron con Lee Junghwan, quien era uno de los mejores diseñadores de interiores, de todo Seúl; quien hiso un trabajo excelente con aquel lugar, dejándolo completamente impecable y a un bajo costo.
