Palabras y sonrisas

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Estoy sentada en una jardinera, a la sombra de un frondoso árbol. Estoy bebiendo un café frío, hace bastante calor y no hay nada más delicioso que ésto.

Estoy esperando a Victoria a que salga de su salón. Llevo 20 minutos esperándola, ya casi sale.
Viene con Johan, tuvieron la suerte de que este año si les tocó juntos, a mí me tocó en el edificio contrario.

-Hola- dice Vic sacudiendo su mano y sonriendo.
-Hola Clare- dice Johan, tan sereno como siempre.
-Hola chicos.- Respondo mientras me acerco y los abrazo.

Desde que nos separaron este año, los extraño bastante. Mi nuevo grupo es terriblemente antisocial y poco comunicativo. Simplemente es horrible estar sin ellos, sin mis mejores amigos.

-Chicas, debo irme, discúlpenme, pero hoy no puedo llegar tarde al entrenamiento.- dice Johan.
-Tú y tu futbol- añade Vic mientras hace un gesto de asco- no sé porqué a los hombres les gusta tanto.
Pero Johan ya se aleja de nosotras, yo solo le grito:
-¡Que te vaya bien!
Johan voltea a verme, me dedica un linda sonrisa y se va trotando.

-Deberías dejar de darle falsas esperanzas, Clare- me dice Victoria una vez que ya se fue Johan.
-¿Qué?
-Si Clare, tal como lo oyes.
-Jaja me asustas Vic, sabes que a John lo quiero como a un hermano.
-Pero sabes perfectamente que le gustabas el año pasado- dice ella con un tono de enfado.
-No es mi culpa haberle gustado. Yo no soy la mala aquí.

Entonces Vic me rodea con su brazo y la tensión desaparece.

Suelta un suspiro.
-Tienes razón, no es tu culpa- añade con más calma- así que...
Me hecha una mirada de complicidad y agrega:
-¿La vamos a ver?
Y sé perfectamente a que se refiere: Greendy, hoy le toca educación física, a esta precisa hora.
Le sonrió.
-Por supuesto que sí.

Caminamos hacia las canchas de baloncesto, sabemos que está ahí. Todos los miércoles está ahí, jugando.
Nos sentamos en las gradas y fingimos que somos dos chicas normales platicando de cosas de mujeres, aunque no es así. Cada 10 segundos la volteo a ver.
Es una excelente deportista, la admiro bastante, en todos sus aspectos.

-¡Maldición!- suelta Victoria a su vez que se golpea con la mano en la frente- Clare discúlpame de verdad pero olvidé que hoy me quedé de ver con Sam para preparar nuestra conferencia.
-Pero...
-De verdad lo siento- me interrumpe.

Se levanta, toma sus cosas y se despide de mi, me da un beso en la mejilla y se va corriendo.

Otra vez sola.

Suelto un largo suspiro, cierro los ojos por unos instantes y levantó el rostro hacia el cielo.
No puedo negarlo, hoy es un gran día, algo me lo dice. La brisa, el sol, la sombra.
No hay nada más que hacer aquí, ya que no tengo con quien hablar. Entonces me levanto y me acerco a la orilla de la cancha, al límite de la línea que separa la cancha y el pasillo libre; voy caminando cuando de pronto una ardilla se pone a mi lado y no puedo evitar soltar un grito de miedo, pues creía que era una rata.
Corro hacia el medio de la cancha tratando de separarme de esa cosa desesperadamente, sin quitarle la vista y sin poder parar de gritar de miedo, pero entonces, periféricamente veo una sombra que se acerca bastante rápido: un balón; me golpea el costado de la cabeza y siento inmediatamente un cosquilleo caliente por toda mi frente.
Me dobleteo y me empiezo a sobar con mi mano, vaya que si arde el balonazo.

Que vergüenza... Ella, ¿Vió eso?

Siento un calor terrible en las orejas, y sé que me estoy poniendo totalmente colorada.

Dios mío. ¿Esto de verdad es un buen día?

Y justo cuando estoy pasando por una gran crisis de pena (y de dolor), una mano toca mi hombro y jala ligeramente de él para mirarme directamente a la cara.

Me congelo.

Mi corazón late al mil por hora.

¿De verdad me está pasando esto a mi?

Veo a Greendy. Frente a mi, con su sonrisa perfecta. Aún no me ha soltado.
La volteo a ver a la cara. Es simplemente la chica perfecta.

-¿Estás bien?- me dice, con extremada dulzura. Nunca había oído su voz, pero es realmente suave, clara y tan femenina.
-Si...- le respondo, casi como un suspiro.
-Discúlpalo- responde mientras señala a un chico, que está igual de rojo que el color de su camisa- pero es un primeriso en ésto, y además no te vió.
¿Dónde te golpeó?

Pero antes de que pueda responderle, parece darse cuenta y comienza a sobar mi frente con la palma de su mano.
Me pongo aún más nerviosa.

-Ven- dice, mientras toma mi mano y me lleva al lavadero. Abre la llave del agua, humedece su mano y la coloca sobre mí frente.
-Está fresca, ¿Verdad?- añade.

Consigo asentir con la cabeza.
No consigo que salga alguna palabra de mi boca.

¿Qué rayos me sucede?

Entonces me toma de la muñeca y me mira a la cara. Primero seria, como si me inspeccionara y luego me sonríe.
-Ya se ve mucho mejor- dice.
-Gracias- le contesto- fue realmente mi culpa, no debí caminar tan cerca de tu área. Aparte... Era solo una ardilla.
-Descuida, Roger también no sabe hacer ni un maldito pase.
Entonces no sé qué le da tanta gracia, pero comienza a reírse.
-Eh- añado un poco confundida- realmente no sé mucho sobre el tema de los deportes, pero estaré bien, en serio.

Se posa a mi lado, se coloca muy junta a mí y pone su mano sobre la espalda y comienza a caminar. Me siento nerviosa pero un poco agusto. No creí que su compañía fuera tan cómoda.

Ella rompe el silencio:
-¿De qué grado eres?
- Quinto de preparatoria.
-Genial por tí- me dice mientras me voltea a ver- tienes un año más que yo para disfrutar.
-Sí.

Seguimos caminando por el extenso pasillo, sin decir alguna otra palabra. Llegamos al inicio de la escalera de mi edificio. Tengo que despedirme.

-Gracias por acompañarme, Greendy.

Entonces me doy cuenta que la he regado totalmente.

Le hablé por su nombre. ¡Se supone que no sé nada de ella!

Greendy me ve confundida, pero sin dejar de sonreírme.
-Tú... Acaso ¿Me llamaste por mi nombre?
Suelto una risa nerviosa. No sé qué responder.
Se supone que nuestro primer encuentro debía ser "hermoso", no debía enterarse de mi obsesión ni nada por el estilo.

-Bueno, qué más da- dice, y entonces suelto un suspiro de alivio bastante pequeño.- Cuídate.
- Gracias de nuevo- agrego.
-Deberías andarte con más cuidado, ya sabes, observando el panorama.
Suelto una risilla, y ella me devuelve otra.
Se va caminando de espaldas, y cuando está bastante lejos de mi, se gira y se va a paso veloz.

¿Qué ha ocurrido?

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⏰ Última actualización: Jun 27, 2019 ⏰

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