Me despierto sudando y agitado. Volteo a mi lado izquierdo donde, sobre la mesita de noche, descansa mi reloj. 3:00 a.m. Vaya hora para despertar. El grito aun resuena en mis tímpanos, tan fuerte que empiezo a dudar que haya sido parte de la pesadilla que acabo de tener. Alzo mi vista hacia la puerta de mi habitación; está abierta. Qué extraño, recuerdo claramente haberla cerrado anoche, porque ¿qué clase de psicópata se va a dormir con la puerta abierta? Me levanto dispuesto a cerrarla. Pateo un par de cosas fuera de mi camino para no caer, creando aún más desorden. Ya en el umbral, algo en el pasillo llama mi atención. No sé exactamente qué: una sombra, una mancha, un reflejo, algo... lo único que sé es que está ahí.
La falta de luz hace que el pasillo luzca interminable y bastante tenebroso. Avanzo unos cuantos pasos y me adentro en la oscuridad. A mi espalda, se escucha un portazo; no volteo. No quiero, ya que en ese momento es donde el personaje muere en las películas de terror. Continuo mi camino, pero siento como el pasillo se hace más largo y angosto con cada paso que doy. Cualquier persona cuerda habría dado media vuelta y salido de la casa más rápido que un rayo, pero yo no; y no por valentía pues estoy más asustado que un pavo en Navidad, más bien por otras dos razones: uno, las escaleras están al final del pasillo; y dos, algo literalmente me empuja a seguir avanzando y por más que me resisto, no me detengo.
Poco a poco me voy acercando al final del pasillo... o eso creo: en donde se supone esta la escalera, hay otra puerta. En contra de mi voluntad, la abro revelando una habitación... mi habitación. ¿Cómo es esto posible? Si lo único que hice fue avanzar en línea recta; sin embargo, la habitación es idéntica a la mía: el closet con los cajones mal cerrados, el escritorio todo desordenado, las cosas regadas por el suelo, la ropa sucia del rincón, todo es idéntico, pero algo no encaja.
Doy un paso dentro y examino con detenimiento cada rincón para ver qué era lo que no cuadra. La cama. No por su forma o color ya que el edredón, las almohadas e incluso las sabanas son iguales. Es lo que está encima lo que no tiene sentido. Justo en el centro de la cama hay alguien cubierto en su totalidad por las cobijas. A este punto ya no tengo nada que perder. Las jalo de un solo tirón revelando a una persona dormida profundamente y no cualquier persona, soy yo. Siento la habitación dar vueltas y pierdo el equilibrio tambaleando hacia atrás. Alguien grita a mis espaldas aturdiéndome al instante. Intento girar para ver al propietario de aquel desgarrador sonido, pero en ese momento despierto.
Me despierto sudando y agitado. Volteo a mi lado izquierdo donde, sobre la mesita de noche, descansa mi reloj. 3:00 a.m. Vaya hora para despertar.
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3:00 A.M.
Misterio / SuspensoMe despierto sudando y agitado. Volteo a mi lado izquierdo donde, sobre la mesita de noche, descansa mi reloj. 3:00 a.m. Vaya hora para despertar...