Capitulo: 9

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Narradora.

-¡Gohan!-Bulma gritaba a todo pulmón, desesperada y nerviosa.

Ya habían pasado alrededor de treinta minutos desde que se adentraron a lo profundo de la pequeña isla. Bulma no solo caminaba con velocidad, sino que también observaba por todos lados por si su hijo se mantenía oculto. Esperaba que ese no fuera el caso.

-¡Gohan, en donde estas!

El Saiyan  no hacia ni el mínimo esfuerzo por ayudarla, ni siquiera se había tomado la molestia de mirar hacia los lados. El solo caminaba detrás de ella. A los ojos de Bulma, el Saiyan  en ese momento no existía. El debería de estar feliz por la situación, ya que nunca antes había visto a Bulma tan desesperada, pero por alguna extraña razón que el ignoraba, no lo estaba.  

Después de ese grito cargado de desesperación, vinieron muchos más, pero con mayor  intensidad, hasta que la noche invadió la pequeña  isla de Namekusein. Bulma ya estaba cansada, no había parado en ningún momento de la mañana y de la calurosa tarde para descansar. El Saiyan también lo estaba, y él no estaba dispuesto a seguir caminando. 

-Seguiremos por la mañana-indico deteniéndose.

Bulma no se detuvo, ni tampoco hizo un comentario al respecto.  Ella no estaba dispuesta a descansar, ni siquiera podría hacerlo, no cuando su hijo  estaba solo y posiblemente asustado.

El al ver que su mujer no se detuvo, camino hacia ella hasta que la tomo con fuerza del brazo derecho. La obligo a verlo. A pesar de lo asustada y nerviosa que estaba, seguía mostrando coraje hacia él.  Ella no olvidaba que todo esto estaba pasando por su culpa, porque si él no hubiera cometido ese cruel acto, Gohan no habría huido asustado.

Ambos se mostraron miradas desafiantes.

-He dicho que seguiremos por la mañana-repitió con mayor seriedad.
Bulma se liberó de su agarre. 

-Si quieres descansar, descansa, porque yo no pienso hacerlo. Yo no podría descansar sabiendo que mi hijo podría estar pasando peligros.

Ella se dio la vuelta para seguir caminando. Aunque ahora tendría más dificultad porque ya había anochecido. El Saiyan la observo. El supuso que también estaba cansada, incluso más que él, ya que su velocidad había disminuido. Sus piernas también estaban lastimadas, ¿Cómo lo sabía?, muy fácil. Sus piernas tenían arañazos hechos por las ramas más bajas de los árboles que tuvieron que rodear para seguir caminando. Sus pies también estaban en la misma situación, eso era seguro, ya que se había quitado los incomodos tacones blancos para poder caminar sin dificultad. 

Después de haber dado varios pasos. Bulma cayó al  suelo y se lastimo aún más sus piernas. Empezó a llorar. No por el dolor físico, sino por desesperación y miedo. Quería tener a Gohan entre sus brazos. Aunque había pasado tan poco tiempo desde que empezó a hacerse cargo de él, lo quería como si en realidad fuera su madre. Se abrazó a sí misma.

-Milk no te preocupes-empezó a susurrar, como si en verdad su hermana pudiera escucharla-lo encontrare. No fallare a nuestra promesa.

Se percató que alguien estaba detrás de ella. No era Gohan, de eso estaba segura. Sería demasiado hermoso para poder ser cierto. Se giró y como supuso, era el Saiyan. Volvió a girar la cabeza. No había mostrado una sonrisa maquiavélica o burlesca  al verla en ese estado.  Se lo agradeció.

-¿Qué haces aquí?-pregunto ella con cierta molestia. Limpio sus lágrimas con la yema de sus dedos. Ella creyó que él no se había percato de aquello, pero si lo hizo-dijiste que querías descansar.

-Así es-le respondió-pero no puedo hacerlo sabiendo que podrías encontrar a tu hijo y después encontrar la manera de huir de mí. Mi venganza hacia a ti apenas ha empezado.

Vegeta y Bulma "Sacrificio por amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora