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Un bostezo salió de su boca en cuanto Lucas terminó de contarle una de sus miles historias de amor fallido.

¿Cuántas iban ya? ¿Cinco? El chico es menor que él, y aun así, había tenido más conquistas de las que tendría Jackson en su vida. Bueno, al menos, algo que poseía y el jamás, era la facilidad para que sus problemas no le afectaran tanto. Jackson no estaba seguro de si se debía a alguna sustancia ilícita ingerida en la inconsciencia, pero siempre se sentía feliz y animado, incluso aquella vez que se le murió su canario. O tal vez, Jackson no se permitía sentir tanto.

Bah, qué importaba a esa altura de su vida.

Se encontraba en un jodido bar, viendo como sus amigos bailan en la pista de baile, mientras que él se queda sentado con una cerveza en mano que no había probado en toda la noche.

─¿No se supone que veníamos a divertirnos? ─preguntó Lucas, bebiendo de su mojito─. Parece que estuvieses en un funeral.

─Será el tuyo si sigues siendo igual de idiota y rechazando a todos.

El chico iba a responder hasta que Yuqi se ubicó en medio de ambos, sonriente y lo bastante borracha como para no recordar nada al día siguiente. Su cabello ondulado se encontraba suelto y se veía brillante a pesar de todo, su maquillaje se había corrido un poco, pero no dejaba de verse espectacular. Yuqi es demasiado hermosa, Jackson lo podía asegurar sin detenerse a pensarlo, sin embargo, era lo más cercano que tenía a una verdadera amiga o una hermana. Y en cuanto aquel lazo fraternal se creó, no pudo volver a ver a Yuqi de otra manera que no fuese como su pequeña hermana idiota.

─¡Yukhei, vamos a bailar! ─le tuvo que gritar debido a lo alta que estaba la música.

Lucas hizo una mueca, obviamente al escuchar su verdadero nombre. ─No quiero, dile a Yixing, lo veo bastante emocionado.

Yuqi rodó los ojos.

─¡Tú eres mi mejor amigo, tienes que bailar conmigo!

─Consigue amigas, ¿no te parece?

Esta vez, la chica se acercó al más alto y apretó su brazo, mirándolo con lo que debería ser enfado. A Jackson le llegó un fuerte olor a alcohol.

─Yukhei ─repitió ahora con la voz más dura.

El chico germinó obedeciendo a la insistencia de quién se hacía llamar su mejor amiga, por supuesto, quejándose por lo bajo y recordándole que él no había ido hasta allí para entretenerla. Yuqi no le prestó atención ni un solo momento a sus palabras, solo lo empujó, hasta que Jackson ya no pudo escuchar su pequeña y absurda discusión. Eran como verdaderos niños.

Y nuevamente se encontraba solo. La cerveza en su mano se sentía extraña, no quería beber, no esa noche. Piensa en como sus otros amigos se hubiesen burlado de saberlo.

El puesto a su lado fue ocupado, pero no le tomó demasiada atención. Perdido en sus pensamientos como si pudiese navegar entre ellos, hace unas semanas que le sucedía así. Viajando entre un millón de preguntas que no tenían respuesta en lo absoluto, siendo víctima de su propia tortura en el proceso, imaginando cosas que sabe que no sucederán. Recordando el mismo rostro de siempre, aferrado a momentos efímeros, canciones que tarde o temprano deben acabar. Porque nada es eterno, ni ellos, ni sus sentimientos en común.

Y así es como recuerda a Mark. Otra vez.

Ambos tan contrarios, cuando Jackson iba, Mark ya venía de vuelta. Si a Jackson le gustaban las cosas calientes, entonces a Mark las frías. Si Jackson decía "vamos", Mark desde luego no iba a ir. Es por lo mismo que desde un principio no se llevaron bien.

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