Desperté por el sonido insistente de un móvil. Y como un balde agua fría recordé lo que había pasado. Quise moverme pero sentí un fuerte brazo que rodeaba mi cintura. Me moví más cautelosa y logré quitarme el brazo, tratando la manera de no despertar al chico.
Escuche nuevamente el sonido del móvil y logre localizarlo en la oscuridad, era el teléfono que Camila me había entregado. Me acerqué a tomarlo porque si seguía así iba despertar al chico.
Lo tome y respondí en un susurro — Hola —Dije en un susurro.
— Amy, Dios santo, al fin respondes, estas bien? — Dijo mi amiga al otro lado del teléfono.
—Si. —Respondí —ven a traerme ya! No puedo estar ni un momento más aquí.
— Esta bien, en diez minutos estaré en mismo lugar donde te deje, ademas tu tía a estado llamando te quiere ver en media hora en tu casa, yo llevaré tu ropa para que te cambies en el camino. — Me indicó
— ¡Que! Mi tía va a matarme, ven lo mas pronto posible yo estaré esperándote. — Contesté
Corrí por toda la habitación buscando mi ropa, claro ahora con la ayuda de la linterna del móvil era más fácil, vi la hora eran las 12:00, en serio mi tía iba a matarme.
Me vestí tan rápido como pude, y antes de salir observé bajo el reflejo de aquella luz de Luna, aquel chico que hace unos instantes me dado uno de los mejores momentos de mi vida. Así que pensé que lo mejor sería agradecerle, escribí una nota para aquel chico.
Disculpa por no despedirme, pero soy como cenicienta después de la media noche la magia se acaba y debo de regresar a la realidad que me rodea. ¡Gracias por ser el primero! Este momento fue muy especial sobre todo al estar bajo la misma luna.
La deje en la mesita donde se ubicaba la lámpara y salí corriendo, se me dificultaba caminar, iba empujando a toda persona que me encontraba, esto para salir lo más pronto posible.
Al fin salí por la puerta principal, cuando vi que Camila aparecía con su auto, me metí en el asiento trasero y cerré la puerta.
— Vamos, conduce lo más rápido que puedas. – Le exclamé a mi amiga con el corazón acelerado y la respiración agitada. Ella aceleró siguiendo el camino hacia mi casa,.
Cuando íbamos en el camino Camila me lanó una bolsa que contenía la ropa que llevaba puesta anteriormente. Como pude me quite el vestido y me puse mis jeans, blusa y vans, tome trozos de algodón y desmaquillante que venía también en la misma bolsa, quite todo rastro de maquillaje e hice una coleta con mi cabello. Metí el vestido y los tacones en la misma bolsa y se la entregue a mi amiga.
Justo a tiempo, mi amiga estacionó frente a la entrada de mi casa, y me sentí aliviada habíamos llegado a las doce treinta, me despedí y le agradecí nuevamente por todo lo de esta noche, le devolví su móvil y le prometí que le contaría todo el fin de semana, salí del auto y me dirigí a mi casa.
Entre y lo primero que vi fue a mi tía quien me dio una mirada fulminante.
— Ya vine. —Dije, esperando que no me regañara.
— Vienes tarde. —Me respondió — Estas castigada todo el fin de semana no quiero que salgas a ningún lado, ni tampoco podrás recibir visitas, además deberás limpiar las habitaciones de tus primas, la mía y la tuya.
— Esta bien tia. — Conteste, no tenía caso reclamar como siempre lo hacía, cada vez que consideraba que el castigo era injusto. Y seguido subí hacia mi habitación.
Hoy nadie podía destruir mi felicidad, ni siquiera ella. Lo malo era que iba poder hablar con Camila, sería hasta el lunes que le contaría todo, además debía ver la forma ahora de decirles a mi prima que ya no era virgen y que no podrían burlarme de mi, alguien si había querido estar conmigo.
Aunque la verdad no se si de verdad aquel chico quisiera estar conmigo, igual nadie va a enterarse de lo sucedido. De seguro yo solo fui una más en su lista, de seguro ni se acordara de mi. Pero no importando lo que él haya sentido, no me arrepiento, él me hizo sentir especial y querida, aunque solo fuera por un momento.
Y con esos pensamiento me tumbe en mi cama, cerrando mis ojos, recordando todo lo que había sucedido esta noche y además del
Fin de semana difícil que me esperaba.

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Bajo la misma luna (#1)
Novela JuvenilAmy Wilson, después de la muerte de sus padres ya no cree en el amor, y mas aún cuan sus primas mellizas le recuerdan a cada momento que es una huérfana que nadie quiere y será virgen toda la vida. En una noche cansada de las burlas, decide que dará...