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El objetivo principal de Levi en ese momento, era entrar al enorme edificio, siendo muy cauteloso, como si quisiera que nadie le escuchara que estuviera entrando. Al medio abrir la enorme puerta, dio un ligero empujón con su cadera para poder entrar por completo en el lugar.

Soltó un suspiro aliviado, al parecer nadie había notado su presencia.

Quitó con mucho cuidado de sus tenis y los acomodó en el lugar de los zapatos, ahora sí venía lo difícil.

Se posicionó en puntitas para acercarse a la puerta del salón de baile de su sobrina, pues ahora sí funcionaría el plan que había ideado en el transcurso de su casa a la academia de baile, estaba dispuesto a no querer encontrarse  con el amable y apuesto profesor de la otra vez, claro, después de aquellas miradas y toques, Levi no quería ni verle la cara, aún no estaba preparado, y gracias a ese acontecimiento,  las jóvenes de clase de tango le miraban de la peor manera posible cada vez que se las encontraba por la calle.
¡Pero que chicas tan odiosas! ¡Levi Ackerman es un hombre! ¿Por qué celan a un pobre jóven universitario? Lo único que quería ese día era irse a su casa junto con la pequeña Lily, es decir ; no fue su culpa que aquél delicioso rubio le tomara por sorpresa para acariciar su redondo trasero y mucho menos que bailaran de manera sensual.

El azabache sacudió la cabeza para deshacer los recuerdo del glorioso y dulce toque del mayor sobre sus redondos y bien formados glúteos.

¡Agh, que asco! ¡Un hombre se atrevió a tocarle el trasero!

Intentó asomar la cabeza por la ventana del salón, pero estaba demasiado enano como para  alcanzar.

— Tch. —  Escupió frustrado, no podía alcanzar a mirar bien, quería saber si aquél rubio estaba en la clase de Lily para esperarla afuera y evitar entrar.

Nuevamente se puso de puntitas para intentar asomarse.

Aquellos enormes ojos azulados se colocaron sobre el enorme trasero del azabache.

« ¿Por qué tiene un trasero así? »

Fue lo primero que pensó Erwin al ver el trasero de Levi con esos pantalones  marrones que se ajustaban a sus delgadas y bien torneadas piernas.

«¿Ah quién buscará?»

El rubio estaba parado atrás del pequeño, ya teniendo un buen tiempo ahí estando callado, observando cada movimiento que hacía, y por supuesto, queriendo evitar soltar alguna risa burlona detrás de sus espaldas, en verdad se veía adorable el que no pudiera alcanzar la ventana.

— Si buscas a Lily, creo que ya está en los vestidores, la clase terminó hace aproximadamente cinco minutos. — Aquella voz grabe le hizo dar un brinco sobre su lugar, e inmediatamente se giró a ver a la persona con la que menos se quería encontrar.

Pasó saliva en seco cuando vio aquellos ojos azules penetrantes.

Levi ni siquiera pudo articular un “hola” oh ya de perdida un  “gracias” simplemente se quedó ahí parado, asustado.

Ambos, extrañamente se miraron por unos largos minutos, Erwin estaba disfrutando discretamente de la divertida expresión que el Ackerman le brindaba.

« ¿Estará apenado Levi? ¿Por qué no habla? »

Levi al darse cuenta que Erwin no estaba vacilando con la mirada, aclaró su garganta y decidió terminar por hablar.

— Gracias profesor. — Soltó de la manera más brusca que pudo decirlo y pasó por su lado dándole un empujón con su hombro.

¡Cosa que el no quería! ¡Simplemente quería salir de aquella situación vergonzosa!

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⏰ Última actualización: Dec 13, 2019 ⏰

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𝑬𝒍 𝒊𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒄𝒕𝒐𝒓 𝒅𝒆 𝒃𝒂𝒊𝒍𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora