Cap 4: Job

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Llegue a casa tan rápido como puede llegar una persona con dos perros que se paran cada dos minutos. Exhausta y llena de sudor pero con apenas 10 minutos para cambiarme y correr a mi primer día de trabajo.

Había conseguido rescatar una antigua camiseta negra del montón de ropa de verano del año pasado pero todavía olía raro. Puag, aún así no tenía tiempo para refinamientos así que solo me la puse. Unos vaqueros cortos y un recogido y listo. Coji mi bolso solo para meter el móvil y la cartera porque en realidad no es que lleve nada más.

Y aquí estoy, en el baño del chiringuito en el que voy a trabajar maldiciendo mi maldita suerte.. No solo he llegado tarde sino que también se me ha roto la pinza del pelo. ¿Como voy a trabajar con el pelo así? Primero es antihigiénico y segundo me morire de calor. Decido salir después de hacerme una trenza que seguramente no dure más de una hora sin gomilla. Tendría que haber cojido aunque fuera eso...

De repente me quedo congelada. Miro hacia la barra y descubro al que será mi compañero durante todo lo que me queda de verano, durante 8 horas diarias.... estoy segura de que ya os imagináis quién es. ¿Por qué Dios?

Nuestras miradas se cruzan y me parece leer un "¿tu?" Y una maldición saliendo de sus labios. Wao, parece que no soy la única que se alegra de verle. Me acerco penosamente a la barra y le echo una mirada de reojo pero lo ignoro. Me guardo mi abridor en la cintura y empiezo a mirar hacia el horizonte. En ese momento sale el encargado y empieza a hacer las presentaciones.

-Bueno Rose, este es Mark. Será tu compañero estos días. Llevaros bien y si tenéis cualquier duda decídmelo. Mientras tanto, ¿porqué no montáis el comedor y así os conocéis un poco más?- Desde luego mi vida parece sacado de una comedia.

Vamos al comedor. Una sala montada sobre tablas con telas que en todos los lados a modo de toldos y mobiliario de madera. Todo con un toque muy lujoso. Las mesas y sillas son robustas, pintado con tonos tierra oscuros y con plantas cubriendo cada esquina realmente te sientes como en otro mundo.

-Sr. Hada, yo me encargo de los cubiertos y tapetes. Tu de los platos y servilletas. ¿Te parece bien?- Me mira amenazadoramente cuando digo señor Hada y parece que va a decir algo pero de repente su semblante cambia y una sonrisa de lado ilumina su rostro. Dios es maldítamente guapo cuando sonríe así..

-Si, claro- Asiente y va hacia una especie de pequeño mueble donde ya se encuentran todas las cosas para el comedor. Tapetes, cubiertos, cestas de mimbre, vinagreras, etc. Lo sigo aunque no puedo evitar pensar que está siendo demasiado amable.

Cojo los tapetes y me acerco a la mesa y cuando me decido a ponerlo en el medio es como si una fuerza invisible repeliera el tapete. El cual sale volando hasta la otra esquina. ¿Qué diablos? Voy corriendo detrás de él pero cuando voy a cojer lo se mueve hacia delante como en la típica broma en la que el billete está cojido a un hilo. ¡Venga ya! Miro hacia mi alrededor mientras me recompongo un poco el pelo desmelenado por culpa de la inútil trenza e intento respirar profundamente. Venga Rose un tapete no puede ser más listo que yo.

Me preparo y me acerco disimuladamente a mi presa. Me siento como un minino que se acerca a un ratón y ¡zas! Me abalanzo sobre mi presa aunque inútilmente porque parece que mi verdugo es más rápido que yo. Lo intento un par de veces más hasta que hago que me hago por vencida y en el último momento corro y me lanzo en el suelo para atrapar el tapete. Dash down señores y señoras. ¡Gane, ou yeah!

De repente oigo una carcajada y me giro. El señor Hada parece que me ha estado observando desde hace rato desde el mueble. Tiene una mirada divertida y parece que esta intentado aguantarse otra carcajada. Entonces me doy cuenta del panorama...

Estoy tirada en el suelo con uno de los brazos extendidos presionando el tapete contra el suelo. Ya no queda casi nada de la supuesta trenza y media playa me está mirando. ¡Ay, Dios! ¡Ay, Dios! ¡¿Pero que estoy haciendo?!
Me levanto rápidamente y me sacudo la ropa. Me pongo bien el pelo y me acerco con la cabeza gacha a la mesa donde deje los otros tapetes y coloco los de esa mesa.

-Buena cojida Rose o, ¿tendría que decirte chica bala?- Lo miro y paso de responderle. Sip, parece que se está divirtiendo mucho gracias a mi. Lo dejo como cosa perdida y sigo montando las mesas. Hoy va a ser un día muy largo.

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⏰ Última actualización: Jun 19, 2019 ⏰

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