Mansión Hamilton ~ VI

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//Supe que ya no sentía nada, cuando vi los ojos que tanto había querido, y me parecieron iguales a los de cualquier mortal//

Simplemente me di cuenta que ya no eras para mi. ATT:AfterBeauty

No sabía que estaba pasando, me sentía confundido al leer ese pedazo de papel.

Fue como si mi cerebro bajara a la parte inferior de mi cuerpo con un bate de hierro, lo bateara una y otra vez hasta el punto de dejarlo inconsciente y agonizando de muerte.

Me dirigí a la sala principal y me recosté sobre el sofá a pensar en qué hacer. Tenía dos opciones:

La primera opción era decirle que había encontrado la carta en la cocina y pedirle explicaciones.

Y la segunda opción era guardármelo y olvidarme del tema para disfrutar de la noche.

Lo último que quiero es lastimarla diciéndole que no siento nada por ella y siendo una persona de mierda hiriendo sus sentimientos.

— ¡Collins! —escuche un grito al otro lado de la habitación

— ¿Que paso? —pregunte levantándome del sofá rápidamente y dirigiéndome a la habitación de Emy.

Giré la manilla y ahí estaba ella con un escote negro mirándose al espejo.

— ¿Crees que combina con mis tacones? —me pregunto en un tono que a mi parecer fue irritante.

— ¡Demonios, Emy! —exclame con los ojos en blanco pensando que le había sucedido algo.

— ¿Combina o no combina? —siguió insistiendo.

— Te ves perfecta —dije en un tono bajo — ¿Podemos irnos? —pregunté.

— ¿Enserio me veo perfecta? —dijo asombrada mientras jugaba con su cabello.

No supe que decir, si decía que si, la ilusionaba más, pero era lo correcto. Si le decía que no, lastimaría sus sentimientos.

¿Pero no es mejor intentar ser un patán para así dejar de gustarle?

—No, no eres perfecta —respondí con tono serio.

Ella quedo en silencio por unos segundos y me voltio a ver con una sonrisa.

—Sé que no soy perfecta, pero a veces esos halagos me hacen sentir bien conmigo misma ¿sabes? —voltio a mirarse nuevamente en el espejo y siguió moviendo su cabello ágilmente.

Me sentí un ser despreciable, creo que tendría que haberle dicho que sí, pero es lo que intento hacer, no puedo decirle cosas lindas porque no quiero que piense que estoy enamorado de ella.

El problema de tener una relación amorosa con ella es que llevo tantos años de amistad con ella que simplemente no me veo besándola y diciéndole que la amo, me resultaría raro e incómodo.

— ¿Qué haces ahí parado? —agarro una gomita de dulce de una bolsa que tenía ya abierta y me la lanzo al pecho.

—Mirándote.

—Si —asintió— es lo que haces ¿no? —seguía lanzándome gomitas para que me fuera.

— Necesitaras más que gomitas para sacarme de aquí ¿no crees? —dije con un tono burlón provocándola.

De la nada saco un cuchillo por debajo de su gaveta y me advirtió.

— Si no quieres que te corte tu miembro viril en miles de pedazos te aconsejo que me esperes afuera. — dijo señalando la parte baja de mi pantalón con el cuchillo.

TE QUIERO, pero seamos amigos ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora