Epílogo

1.7K 207 258
                                    

— "Te querrá siempre, Akaashi Keiji". — Terminó de escribir Akaashi en su ordenador.

Suspiró mientras se dejaba caer hacia atrás. Casi seis meses ¿eh? Dios, seis meses sin Bokuto, parecía una eternidad.

A él siempre le había gustado Bokuto. Al principio era algo así cómo admiración, porque lo mires por donde lo mires, su capitán siempre fue un jugador de vóley increíble. Tan apasionado que siempre arrasaba allá por dónde iba. Y de ahí, pues todo fue a más.

Pero tampoco iba a engañarse, alguna vez había deseado rebozarlo en cinta aislante, y atarlo a una silla solo para que lo dejase tranquilo durante cinco minutos.

Ahora se arrepentía de haber pensado así. Lo extrañaba tanto.

¡Ah! ¿Pero qué más daba ya? Eso era todo ¿no? Ahí acababa su historia.

Leyendo desde el principio las cartas le parecían extremadamente tristes y deprimentes. Pero bueno, ese había sido el propósito, desahogarse y contar en esas cartas lo que no podía contarle a nadie. O al menos lo que no se atrevía a contar. Los recuerdos felices siempre estarían ahí, siempre, siempre jamás, sería su capitán, su primer amor, Koutarou, su primera vez, Bo, su pequeño Búho.

Aunque para Akaashi siguiese siendo un tema muy doloroso, ahora mismo se encontraba mucho mejor. Durante esos meses se había dado cuenta de que Bokuto no era el único que dependía de él, sino que él mismo dependía aun más del mayor ¿quién se lo hubiese dicho?

Aun había muchas cosas que no entendía, sobre todo sobre el comportamiento de Bokuto. Y no era el único, ni Kuroo ni Konoha entendían que había estado haciendo el chico durante ese tiempo. Podía entender que estuviese muy ocupado, que intentase distanciarse un poco, ambos estaban dolidos. Pero ignorarlo, apartarlo ¿desecharlo como si no significase nada para él? No se lo creía.

El timbre de la puerta interrumpió sus pensamientos. Mirando extrañado el reloj, se levantó a abrir ¿quién sería a esas horas? Y para su sorpresa, una sombra plateada se abalanzó sobre él, tumbándolo de espaldas en el suelo.

— Akaaaaaaaaaaaaaaaaashiiiiiii— Sollozó la pequeña sombra en su oído. — Lo siento tanto, Akaashi, lo siento.

Pero Akaashi no podía reaccionar. No escuchaba ni uno de los balbuceos, ni una de las disculpas, su mente solo le permitió mover ligeramente los brazos y abrazar a aquella persona que lo aplastaba contra el suelo.

— ¿B-Bokuto-san? —

Estuvieron diez minutos más en esa posición, uno en completo estado de shock y el otro llorando como si fuera el protagonista de una tragedia griega. Despacio, Akaashi consiguió reaccionar, moviendo al lloroso Bokuto hasta la sala de estar mientras este continuaba abrazándolo con terror.

— Bokuto-san ¿qué hace aquí? — Le preguntó  con el muchacho aún agarrado a su camiseta. — ¿Está bien? ¿No se habrá lesionado? ¿Ha ocurrido algo?

— N-no meee llames así, Akaashiiii...— Sollozó. — Lo siento taaaaaanto. Lo siento, lo siento, lo siento...—

— ¿Qué? ¿Bokuto-san? No entiendo nada. — Y de verdad, no entendía nada de nada. Keiji no entendía porque estaba ahí el protagonista de su dolor más profundo. O por qué lloraba. O por qué había vuelto.

— Es que, yo, te he decepcionado, Akaashi. — Dijo por fin, mientras se incorporaba. — He intentado ser fuerte, por ti, porque sabía que creías en mí. Sé que todos creen que soy un inútil, que apenas me valgo por mí mismo. Así que quería demostrarte que podía ser un adulto y madurar cómo la fruta más hermosa...— Afirmó haciendo un puchero entre orgulloso e indignado. — Pero Akaashi... No me gusta. Nada, nada. — Y volvió a romper a llorar.

— ¿No le gusta? Pero Bokuto-san, usted me dijo que estaba muy a gusto allí, que tenía buenos compañeros y todo eso...—

— ¿Eh? Ah, sí, todo era muy guay y la gente era genial. Pero Akaashi, no quiero nada de eso si tú no estás conmigo ¿para qué? Una vida sin ti, no tiene ningún sentido, Keiji.

Al parecer, lo que Akaashi había interpretado como ignorar, desechar, olvidar, para Bokuto había sido la única forma de mantenerse firme. Quería triunfar, quería ser alguien importante para que el amor de su vida se sintiese orgulloso de él. Y pensó, que podría lograrlo de esa forma.

Pero no podía hablar con Akaashi y no pensar en coger el primer avión que le permitiese volver a su lado. Así que dejó de hacerlo.

No podía escuchar cómo se despedía de él por teléfono y no llorar toda la noche, pensando que nunca volvería a verlo. Así que siempre colgaba antes de que el otro se despidiese.

No podía ver sus fotos y pensar que le faltaba una parte de si mismo, esa parte que Akaashi representaba. Así que las guardó todas.

Pero al final, Bokuto se dio cuenta de que lo que no podía hacer era vivir sin Akaashi Keiji.







¡Y fin! Ha sido todo bastante corto, creo, pero es lo que me ha salido escribir. Si alguien llega hasta aquí, espero que te haya gustado y muchísimas gracias por leer ¡Nos vemos! :)


Edit: ¡¡Hola de nuevo!! Muchas gracias a todos los que habéis dado una oportunidad a esta historia <3<3 No me lo esperaba en absoluto. Tampoco esperaba que el final despertara tanta controversia, la verdad es que ni siquiera lo pensé mientras escribía ¿vosotros que haríais en la situación de Akaashi?

Algunos de vosotros habéis preguntado por una historia paralela y en un principio no iba a hacerlo pero... al final me han entrado ganas xDD Así que dentro de un par de semanas empezaré a publicarla <3 Será diferente, porque es la perspectiva de Bokuto e intentaré transmitir su forma de ser, pero igualmente lo haré en forma de cartas o algo parecido ¡Espero que le deis una oportunidad! :D 

El aeropuerto [BokuAka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora