Creo de forma fiel en tus palabras.
Confío en que dices la verdad cada vez que abres la boca y de ella salen palabras con dirección hacia mí. Sé que mientes, y mientes mucho. Pero te creo, porque cuando hablas conmigo es como si hablases contigo.
Por eso, te escribo esta carta.
Ambos sabemos que viene después de esto. Cuando las historias se acaban y nos vamos a dormir... Al día siguiente siempre pasa lo mismo. No quería cambiar las cosas; debes creer en mí cuando te digo eso. En general, deberías creer en mí, sin embargo, no confiar en mí tanto como yo confío en ti.
Ayer, cuando llamaste, supe que debía hacer lo que debo hacer. Así que aquí estoy, mientras tu duermes en la habitación continua yo mantengo encendida la luz y te escribo. Te escribo porque cuando te hablo es como si hablase conmigo. Y es que cuando mientes, jamás hablamos.
Entonces, te escribo. Hoy te escribo porque después ya no tendré tiempo para hacerlo y no puedo solo desaparecer, aunque por supuesto que puedo hacerlo. Pero no lo he de hacer de ese modo, quiero que confíes en mí y creas en mis palabras incluso si cuando no tienen mi voz no suenan tan mías.
Con total sinceridad, ¿qué es tan mío como mío es? No lo sé.
Así como tú no sabes que has de comer mañana, tal cual tú dudas de tus propias palabras que se evaporan porque yo sí las creo... Del mismo modo en que tú no sabes, yo tampoco lo hago.
¿Sabes qué más no sé? Hace mucho que no sé sobre ti. Te escucho y te creo mas hace bastante que ya no sé cómo estás. Y eso es triste, te has ido alejando poco a poco y, ahora, hay un abismo gigante entre tú y yo. Quiero saber si aún le metes el dedo al pastel cuando piensas que nadie te ve, me gustaría saber si todavía visitas la casa del árbol o, a escondidas de tus padres, comes esos dulces de fresa que odias pero fingías que te gustaban porque los tenías prohibidos; quiero saber por qué ya quieres dejar de ser niño.
¿Por qué... si ya no lo eres?
Hoy me dijeron que piensas romper tu espejo mañana. No quieres ver más tu reflejo e igual que esa vez donde destruiste tu reloj porque odias el tiempo hoy ya odias ver quien no eres. Porque mientes mucho y te crees tus mentiras, porque nos creemos entre nosotros. Y nos mentimos cada día.
Ya no tendrás tu sombra más pequeña si haces lo que prometes, ya no habrán noches de historias con partidas al amanecer cuando la luna caiga o el sol se levante y, lo menos relevante, ya nadie ha de confiar en ti. Sólo serán tú y tus mejores mentiras, tú y una chimenea apagada.
Hoy me dijiste que piensas romper tu espejo mañana... Creo de forma fiel en tus palabras incluso si también me mientes a mí.
Sucede que el espejo ya está roto; tu talla de zapatos ya ha cambiado.
Yo he de irme, mañana, cuando haga frio.
![](https://img.wattpad.com/cover/191478796-288-k55129.jpg)