El hombre se retiró los lentes con poco aumento que le eran de mucha ayuda con todos los papeles esparcidos alrededor de todo su escritorio sobre el más reciente caso en el que había decidido involucrarse y resolverlo con su propio genio, pero no habían pistas, ni un sólo testimonio; sólo un cadáver ahorcado desde la rama más gruesa de un gran y viejo árbol ubicado en el jardín trasero de la casa de dicha víctima, que a vista de los botánicos no era un espécimen muy común de verse en un lugar céntrico como lo era la gran Seúl.
Dejó salir un suspiro que demostraba su molestia, frustración y cansancio por no encontrar ningún indicio hace más de un mes, su mente estaba en blanco de las tantas veces que había divagado en lo más recóndito de su imaginación, recreando miles de escenas que podrían llegar a un cierre lógico, pero siempre algo funcionaba mal y eso le hacía molestar en exceso.
ㅡ¡hey, YoonGi!
Y él conocía aquella voz del que había sido su compañero desde la primaria, cursaron juntos el secundario y también decidieron seguir la rama de policías juntos.
ㅡrelájate, alfa tonto. ㅡ
volvió a modular mientras tomaba asiento a su lado, tomando un par de hojas esparcidas por el escritorio que fingió leer para luego volver a dejarlas en su lugar con desinterés, él también estaba cansado de hundirse en ese caso sin salida.
ㅡvamos hombre, estás consumiendo tu vida en el trabajo cuando hay miles, millones de cosas en el exterior de esta oficina claustrofóbica y sofocante esperando a recibirte con los brazos abiertos. ㅡCruzó los brazos esperando una reacción del mayor con mirada cansada, el pálido suspiró pasando las manos sobre sus ojos resecos y suspiró rendido. Masajeó su sien dejando sus lentes a un lado y se levantó apoyando las manos sobre la mesa de madera.
ㅡbien ¿qué tienes para mí?ㅡ Cuestionó con voz ronca, producto de su garganta reseca. Realmente necesitaba cuidarse a sí mismo también.🍋
Las continuas luces parpadeantes que iluminaban el lugar con olor a cigarro, alcohol y hormonas alborotadas por alfas estaban a punto de hacer vomitar a Yoongi que mantenía la vista fija frente al trago que le habían servido en la barra, tenía un color verdoso y la fina espuma que cubría la superficie, cosa que le hacía dudar de si realmente su mejor amigo intentaba drogarlo para vender sus órganos vitales.
Pasó la vista de reojo por todo el lugar haciendo una extraña mueca cuando la música empezó a sonar de manera sugestiva para indicar que el número de la noche había comenzado, Hoseok le tomó de la muñeca mientras decía algo que no logró a llegar a los oídos del otro alfa a la vez que lo arrastraba entre la multitud para ganar lugar al frente antes de que el sector fuera cubierto de viejos babosos.
Cuando lograron tomar asiento en una de las mesas con acceso directo al escenario Yoongi expresó su molestia hacia su amigo dándole un golpe detrás de la cabeza.
ㅡ¿éste es tu plan de diversión? bravo, Jung.ㅡNo para su sorpresa, el menor de ambos asintió con energía mientras fijaba la vista en los omegas 'modelos' que empezaron a caminar sensualmente alrededor de la pista marcada por unas luces de neón. Los gritos de los hombres hormonales no tardaron en escucharse, levantaban fajos de billetes llamando la atención de aquellos chicos y chicas con poca ropa, buscando ubicarles los papelitos dentro de sus ropas interiores.
El más bajo del par de amigos miró aburrido la escena, prefería estar en casa viendo documentales o leyendo algún libro que hubiera capturado su atención mientras bebía una taza de café amargo en compañía de su gato peludo.
Estuvo a punto de retirarse, o eso hasta que sus órbes se perdieron entre las curvas de una tersa piel iluminada que había salido tímidamente en compañía de una chica con mayor estatura que la de él. él. Su mente divagó intentando detectar su esencia, pero para su suerte no pudo hacerlo.Creyó estar perdido en la extraña burbuja que él mismo había formado hasta que la mano de Hoseok tomó su muñeca a la vez que ponía un par de billetes en su palma y comenzó a llamar a gritos a aquel chico que había notado.
oh no, maldito mocoso.
sintió todo su cuerpo tensarse cuando aquellos ojos de curvas exóticas se posaron en los suyos, y con una tímida sonrisa comenzó a caminar en su dirección alejándose de su compañera sin detener los movimientos de sus caderas.
al estar de frente al de tez más clara posó un dedo sobre sus labios y lamió la punta sacando su larga lengua, sonriendo lascivamente antes de colocarse casi sobre su cuerpo. mantuvo sus piernas firmes al sostenerse de pie y tomó sus manos que se habían entumecido haciendo que tocara la extensión de su piel descubierta, desde sus caderas refinadas hasta casi el comienzo de sus pezones, los cuales se cubrían con un corto top en cuerina negra.lentamente fue descendiendo al ver como el individuo aún seguía sin reaccionar y tomó asiento sobre sus piernas haciendo el amague de comenzar a moverse, pero al contrario de aquello se acercó a su cuello con la intención de dejar una lamida, pero antes de hacerlo algo le detuvo.
abrió sus ojos con gran sorpresa y asobro abriendo ligeramente sus labios para modular alguna palabra pero no lo hizo, miró en dirección al escenario visualizando detrás de las pesadas cortinas en bordó y volvió a ver al chico debajo de su cuerpo. soltó sus manos sonriendo ligeramente y antes de levantarse tomó el dinero que reposaba su diestra y se acercó a su oído para susurrar un simple y suave.ㅡsácame de este lugar.ㅡ
YoonGi volvió en sí cuando el rubio ya se había alejado a una distancia considerable, parpadeó tomando una cantidad exagerada de aire y fijó su vista alrededor suyo buscando a su compañero que estaba divirtiéndose a un par de metros con un par de mujeres.
no le importó, se acercó alejándolas y tomó de los hombros a Hoseok para salir de aquel codicioso edificio.trece, catorce, quince largos y exagerados pasos hasta haber quedado fuera de el sitio y se sostuvo de sus rodillas respirando agitadamente, sus ojos dilatados pensando en lo ocurrido hasta que la voz familiar de su amigo lo hizo regresar a la realidad.
montaron al vehículo en el que habían llegado y sin decir mucho más cada uno quedó en su respectivo hogar, la mañana siguiente sería ardua también.