El Pozo Carmesí

Capítulo 4

Al siguiente dia, estuvimos arreglando la nueva casa, iban a ser las 3 de la tarde y aún no habíamos terminado, todavía quedaban cajas las cuales habia que abrir.

Los abuelos vendrían esta tarde, hace mucho que no los veía, la ultima vez que los vi fue en navidad y solo fueron para año nuevo, ya que noche buena la pasaron con mi tía Nicole, la hermana de Mamá.

Mientras Alan y yo nos encontrábamos sacando cosas de las cajas, Mamá se encargaba de colocarlos donde mejor quedaran.

Una hora después, Mamá dijo que podíamos irnos a cambiar antes de que llegaran Papá y los abuelos, Papá fue a la casa de los abuelos para arreglar algunos asuntos del restaurante, subí a mi habitación, ya habia ordenado la mayoría de las cosas, solo quedaban algunas cajas pero las abriría después, necesito un descanso.

Abrí mi armario para buscar algo que ponerme, ya que solo vestía unos shorts de jean y una camiseta que solía usar solo cuando estaba en casa, saque unos jeans y me los puse junto a un suéter de lana negro, busque mis tenis blancos y me los puse, me coloque un poco de maquillaje, nada extravagante, busque mi celular y vi que tenia algunos mensajes que seguro eran de Lina ya que desde temprano estamos hablando, me envío algunas fotos de los chicos preparándose ya que hoy tenían un partido muy importante, la tristeza me invade cuando recuerdo que no podré estar para apoyarlos como siempre lo he hecho.

Escucho algunas voces, seguro ya llegaron los abuelos, salgo de mi habitación y bajo las escaleras rápidamente, me acerco a la sala de estar que es de donde provienen las voces, entro a la sala y me llevo la sorpresa de que no son los abuelos, Mamá esta sentada en un sofá individual hablando animadamente con una mujer de cabello rubio ceniza de unos 40 años casi de la edad de Mamá, a su lado esta una chica de unos 17 años y una niña pequeña de unos 8 años, sus miradas caen en mi al darse cuenta de mi presencia, yo sonrío en forma de saludo, Mamá es la primera en hablar.

— Oh, Anika ella es Dianne y sus hijas, Tarah y Amanda, — dice Mamá con una sonrisa en su rostro.

— Soy Anika, es un placer, — extiendo mi mano hacia ellas en forma de saludo.

— Como has crecido, ya no eres la pequeña niña que lloraba por su oso de felpa, — dice la rubia mientras me mira, le sonrió antes de sentarme en un sofá individual. 

Mamá y Dianne comienzan a hablar, paso mi vista por las dos niñas que estan al lado de la rubia en el enorme sofá, la chica que se al parecer tiene mi edad tiene un hermoso cabello color café rojizo que llega hasta sus hombros, su piel es clara, sus ojos son pequeños ,y de un color miel, parecidos a los de Alan, lleva puesto un lindo vestido de tiros color amarillo que le queda muy bien, la otra niña, es muy pequeña y no tan delgada como su hermana, su cabello es igual al de Tarah, son muy parecidas en realidad solo que Amanda tiene unos lindo ojos verdes, usa un short de mezclilla color rosa pastel con una blusa color blanco, una voz hace que salga de mis pensamientos.

— ¿Que edad tienes?, — Me pregunta Dianne, con su linda sonrisa, y vaya que es linda.

— 17, — respondí, devolviendole la sonrisa.

— Tienes la misma edad de Tarah, Sabes, Tu madre y yo estudiamos juntas, somos amigas desde hace mucho tiempo, — dice Dianne, sus ojos tienen un brillo especial.

— ¿De verdad?,  — pregunto, Mamá nunca hablaba de las personas que conocía aqui.

— Si, Dianne vivía a unas casas de la mia, siempre caminábamos juntas al instituto, — dice Mamá con una sonrisa.

Alan entra a la sala de estar, su vista fija en su celular, seguro está hablando con Trevor, Mamá dice su nombre haciendo que este levantara la vista.