capitulo III

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bueno al ver aquella pelea empecé a pensar que cuando uno es grande y odia a alguien había que agarrarlo a golpes pero no solo hay que tratar de recapacitar, somos humanos y se supone que tenemos la capacidad de recapacitar y pensar ¿por que pelear a peleas si puedes dejar alguien fácilmente callado con tan solo buenos argumentos?;  después de lo sucedido volvimos a la casa de mi abuelita a vivir tenia todos mis juguetes pero no tenia lo principal mi perro era triste estar tan solo con mis juguetes y no tener a mi compañero jugando conmigo, bueno al día siguiente mi adre me dijo que tenia que ir a una nueva escuela, a mi personalmente no me paresia la idea de conocer gente nuevo y ser nuevamente la antisocial del curso nuevo.

Al otro día fuimos a la escuela y entre a mi nueva sala y bueno me hicieron presentar no fue la gran cosa la primera semana no tenia amigos y tampoco me interesaba hacerlo yo hasta el día de hoy recuerdo que iba a la biblioteca de la escuela y me puse leer unos libros que se llamaban:

-una serie de casos desafortunado  by: lemony snicket

- las crónicas de Narnia                   by: C.S. Lewis

- Harry Potter                                 by: J.K. Rowling

Tenia tan solo 9 años y estos libros eran mis favoritos,  quien diría que mas adelante se lazarían  las películas de estos; en fin todo iba marchando casi bien yo solo quería estar feliz, pero como estarlo si escuchaba a mi madre todas las noches llorando como yo lo hacia cundo me golpeaba mi padre, era demasiado triste saber que yo estaba bien en parte y ella no. Pasaron 3 semanas y un fin de semana estaba afuera de mi casa jugando y extrañando a mi compañero fiel (mi perro) y entre esas a lo lejos diviso a un hombre que caminaba igual que mi padre, yo solo observaba, asta que la imagen se fue acercando cada vez mas, y pues claro era el, con un regalo estaba sola. mi madre y mi abuela estaban adentro no sabia que hacer si entrar o saludarlo. Bueno lo que ise fue abrasarlo no soy rencorosa o creo que si, pero no me gusta demostrarlo. Mi padre saludo a mi madre y bueno le pidió permiso para que yo  fuera a pasear con el, mi madre dijo que si. Ese día por primera vez lo vi feliz, me compro muchas cosas y me hizo reír un montón, pero de que servia hacerme reír si ya había dejado una gran cicatriz en mí. Llegamos a la casa de mi abuela y en la noche mi papa salio con mi mama, yo pensé que mi mama estaba decidida a que íbamos a tener una nueva vida juntas y que nadie iba a cambiar eso.

Al otro día veo a mi mama arreglando las maletas mientras mi padre esperaba afuera mi mama me levanta de la cama y me dice que regresaríamos a casa y que tenia que estar feliz por que todo empezaría de 0. Bueno yo por mi parte en ese momento aprendí que de alguna manera el orgullo a veces sirve como en este caso pero, eso lo aprendí con el tiempo. En ese momento solo aprendí que a veces somos tan masoquistas que volvemos al mismo lugar que nos hace daño.

los finales tu los decidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora