One

10.3K 773 195
                                    

Steve Rogers era el chico popular de la escuela. Capitán del equipo de fútbol, estrella en la cancha. Además contaba con excelentes calificaciones y era todo un caballero a la antigua, pero nunca había tenido una novia.

No es que le faltasen las mujeres, claro que no. Pero en su interior no se sentía atraído por ninguna de ellas. Ni por Sharon Carter, la porrista estrella del lugar. Por más intentos que la rubia hacía por ligarse al capitán, estos eran infructuosos siempre.

Pero todo cambió cuando ingresó a la escuela un chico con mala fama. Anthony Edward Stark. Venía desde otra a la cual le había volado el laboratorio debido a sus extraños experimentos. Él se autodefinía como un tecnópata.
Era obvia su definición, era el heredero de las industrias Stark, hijo único de María y Howard Stark. Un chico con una inteligencia superior al resto pero era un tanto misántropo. No le gustaba el contacto con la gente.
.
.
.
.

Un día cualquiera, en clase de ciencias, el profesor les hizo trabajar en parejas. Steve, dado sus entrenamientos, llegó tarde a la clase y no tuvo oportunidad de elegir pareja (aunque las mujeres se morían por hacer dupla con él) a lo que el profesor determinó que dicho trabajo lo haría con Stark.

Al acercarse el rubio a su compañero y ver que este no notaba su presencia, carraspeó levemente para conseguir su atención.

- Ah, hola. Me llamo Anthony pero me gusta que me digan Tony ¿Ok? - dijo esto sin despegar la vista de lo que estaba haciendo. - Seremos compañeros siempre y cuando no me estorbes y seas capaz de ser apor... - no pudo terminar la frase ya que al levantar la vista y ver la cara de Steve se enmudeció. Sinceramente era el chico más guapo que había visto en su vida.
- Un gusto, Tony. Me llamó Steve Rogers - dijo el rubio con una amable sonrisa y extendiendo su mano hacia el castaño. Este la tomó sin decir palabra alguna y con rubor en sus mejillas, sin dejar de mirar al otro.

Steve por su parte sonreía para no verse nervioso. Desde que Stark había llegado a la escuela le había llamado la atención. Un joven no muy alto, castaño de ojos y pelo, un porte misterioso y un extraño aparato en su pecho le hacían click cada vez que se lo topaba en los pasillos del recinto. Claramente Tony jamás lo miraba pero eso no evitaba que el rubio quedase embelesado con la belleza del otro.

El saludo de manos duró más de lo normal y sólo se cortó cuando el profesor comenzó a dar las instrucciones. Debían crear un prototipo de vehículo que pudiera servir en un futuro y que no fuera contaminante. Además de ello debían generar un informe de avances y presentarlo ante una comisión.

Tony sonrió con suficiencia, eso sería pan comido. Nunca había interactuado con sus parejas de trabajo, así que esta sería la primera vez que lo haría.

Al sentarse, volteó hacia el rubio y le comentó su idea.

- Tony, tú eres el genio aquí. Dime y haré lo que me pidas - dijo el capitán sonriendo de forma tierna. Esto hizo que el castaño se ruborizara y a consecuencia de ello, agache la vista.

Verdaderamente Rogers le ponía nervioso.

El trabajo tenía plazo de entrega para 3 semanas más adelante, por lo que Tony ofreció su casa para trabajar en un entorno acorde a sus necesidades. El castaño se encargaría de la parte técnica y el rubio de elaborar el informe ya que el tenia notas sobresalientes en lenguaje.
.
.
.
.

Comenzaron así sus juntas para trabajar en el proyecto. Cada idea de Tony era plasmada por Steve, a modo de generar un historial de ideas las que lleven al proyecto final. Se juntaban en los pasillos, en el comedor, en la biblioteca. En cualquier momento que el genio tenía una idea, corría hacia su compañero para dársela a conocer y éste, muy gustoso, la anotaba en lo que tuviera a mano.
Un día, a Stark se le ocurrió el prototipo final en medio de una clase de matemáticas. Por lo que pidió permiso y sin escuchar la respuesta del profesor salió disparado hacia la cancha, donde sabía que el rubio estaba entrenando (ya lo había ido a espiar un par de veces con la excusa de que al aire libre podía procesar mejor sus ideas).

Cuando iba llegando al lugar, pudo apreciar a lo lejos que una chica rubia, vestida de porrista, estaba colgada del cuello del capitán en una pose sexy...
.
.
.
.

- Sharon, por favor suéltame - dijo educadamente sacando los brazos de la rubia de su cuello - No quiero ser grosero contigo.
- Pero Steve, ambos somos solteros, ambos somos populares y haríamos una hermosa pareja ante todos - dijo la porrista, acomodando su pelo.
- Sí, soy soltero pero hay alguien que me gusta y no quiero a nadie más - hizo un asentimiento ante los ojos sorprendidos de la chica y se alejó del lugar.

Desde la distancia, el castaño presenció todo y con la mirada vio como Steve se encaminaba hacia las gradas.
Con un poco de recelo se acercó al capitán y silenciosamente se sentó aún lado de su compañero. Steve no lo notó hasta que sintió el cuerpo a su lado.

- ¿Todo bien, capitán? - preguntó mirando tiernamente al rubio a su lado.
- Si... Eso creo... ¿Viste algo de lo que pasó?
- Sí...
- ¿Nació otra idea? - detectando el cambio de tema del jugador, Tony lo tomó en el aire y comenzó a contarle sobre la idea que sería su proyecto definitivo. Los ojos del rubio brillaban intensamente, adoraba escucharlo divagar y lanzar teorías.
De dentro de su pantalón sacó una pequeña libreta y un lápiz, para comenzar a escribir la tormenta de ideas que lanzaba su compañero.

- ¿De dónde sacaste eso? - dijo con duda cuando se percató de que el capitán escribía todas sus ideas.
- Si eres compañero de Tony Stark debes estar siempre preparado - respondió guiñando un ojo al castaño. Este se sonrojó levemente ante el gesto.

Steve hizo como que no se dio cuenta de ello, para no incomodar a Tony, pero dentro de sí sentía mariposas revolotear enérgicamente.
.
.
.
.

Llevaban 2 semanas trabajando arduamente en el proyecto de ciencias. Tony se encontraba maravillado de trabajar con Steve. Había resultado en ser un gran compañero de equipo. Entendía muy bien las ideas y era capaz de plasmarlas claramente en el informe. Dicho documento ya llevaba más de 50 páginas con diagramas y teorías sobre su funcionamiento.
A su vez, el rubio adoraba trabajar con Tony.

Si, ya había aceptado que le gustaba y que entre ellos había cierta química, pero prefería no pensar en ello dado que Stark no había demostrado sentimientos en su compañía. Un caballero sabe cuando debe serlo, pensaba.

Una tarde, en la casa Tony, ambos estaban en un descanso y se encontraban en el dormitorio del dueño de casa. Conversaban de cómo harían la presentación ante la comisión. La confianza ya había surgido entre ellos después de pasar tantas horas juntos y darse cuenta de que tenían algunos gustos afines. Pero la verdad, es que cuando estaban uno al lado del otro, sentían que sus almas tenían un espacio y sentido en la vida.

- Entonces eso en tu pecho te mantiene con vida... - dijo resuelto el capitán.
- Así es. Cuando la medicina avance, veré si puedo extraerlo. De momento, debo convivir con él - respondió el genio, tocando su reactor.
- Ha de ser difícil... Digo, para la vida diaria.
- No, ya no. Me he acostumbrado a tenerlo. No me impide hacer nada.
- Mmmm...- Steve se quedó pensativo. Después de varios minutos de silencio, Tony decidió mirarlo detenidamente.

Al sentir esto, el cap devolvió la mirada, quedándose así largo rato... Hasta que el deportista comenzó a acercarse lentamente hacia su boca....

~~~~~~~
Hola! Bueno, esta historia de mí autoría fue publicada originalmente en la página que comparto con @criskou en Facebook ((@)lovestony) y bueno, la traje para acá también.
Espero que les guste!
Deje su comentario! Ya sabe que siempre respondo 🖤
Les ama
Pinnilette*

Incipient Love 💝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora