Two

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Estaban a tan sólo 10 minutos de la presentación y nadie creería que el joven más seguro y confiado de sí mismo estaría tan nervioso. Sí, Tony Stark el genio tecnópata tiritaba de los nervios ante la comisión.

Steve, quien se encontraba a su lado, miraba como el más bajo paseaba intranquilo por el pasillo donde se encontraba la sala que los recibiría.

- Debes calmarte, Stark - dijo el rubio, apoyado en una de las paredes del pasillo.
-  Te es fácil decirlo. Las comisiones me ponen nervioso - dijo sin dejar de caminar.
-  Nuestro trabajo es excelente. Tenemos un informe de más de 100 páginas con detalles. Tenemos el prototipo funcionando y ya hemos ensayado muchas veces esto - con paso lento se acercó y tomó por los hombros a su compañero - Tranquilo, genio. Nos irá bien
-  Tu cercanía me pone aún más nervioso - dicho esto, se soltó del agarre. Steve se retó mentalmente.
-  Eso es por...
-  Sí, por lo que pasó en mi habitación.

***Estaban a centímetros de besarse, pero el castaño habló.

- Jamás he besado a alguien - dijo y el ambiente se cortó. Steve retrocedió de inmediato y se puso de pie y se alejó del castaño. Tony se sintió fatal, había desaprovechado la, quizás, única oportunidad de sentir los labios de otra persona. Bueno, de sentir los labios de Steve realmente.
- ¿Quieres decir que jamás tú...? - la pregunta quedó incompleta al ver como Tony asentía rápidamente.

El rubio se tomó la cabeza y caminó hasta quedar frente al genio. Se agachó para verle a los ojos y habló.

- Perdóname. Estuve a punto de hacer algo que te incomode. De verdad lo siento - su voz se oía sincera. De verdad estaba arrepentido.
- ¿Estás arrepentido de querer besarme? - hubo un ligero temblor en la voz de Tony, cosa que no pasó desapercibida por el deportista.
- No, no no no... No lo malentiendas - aprovechó el instante para tomar las manos del otro y hablar con total sinceridad ante los castaños ojos - Tony, tú me gustas. Me gustas mucho y pensé que era recíproco. Por eso me aventuré a besarte. Jamás, escúchame bien, jamás quise provocarte desagrado o temor. Sólo quería sentir tus labios, se ven maravillosos.

Al escuchar la declaración de Steve, algo se movió dentro del joven Stark. Jamás se había sentido atraído por alguien en su vida y esto era un nuevo descubrimiento. Además, el chico guapo y popular de la escuela sentía lo mismo.

- Tú también me gustas Steve - dijo apresuradamente para después ponerse rojo y agachar la cabeza.

Esa declaración no era esperada por el rubio. Quien quedó asombrado con las palabras.

Quedaron así por varios minutos hasta que Tony se puso de pie y habló suavemente.

- ¿Puedes darme tiempo? Necesito procesar toda esta información. El sentir esto por alguien es totalmente nuevo para mí y realmente no esperaba que fuera algo mutuo - dijo señalando hacia el rubio y luego hacia él mismo - Sólo un tiempo y podré definir bien. Por mientras...
- Nada de besos. Lo entiendo - Steve también se puso de pie y nuevamente tomó las manos de su compañero - Te esperaré lo que sea necesario, el tiempo que necesites.

Dicho esto, Tony abrazó a Steve repentinamente y quedaron así por unos segundos. Hasta que el castaño decidió romper el momento.

- Así que... ¿Quieres una beca deportiva?

El rubio entendió el por qué del cambio de tema y decidió seguirle el juego. Aunque por dentro, se sentía feliz de ser correspondido.***

Steve iba a replicar algo, pero la puerta se abrió y una voz dijo.

- Grupo Stark-Rogers, pasen por favor.

Ambos jóvenes se miraron y asintieron. Había llegado la hora.
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Estaban felices. El proyecto había sido un éxito. Los profesores de la comisión quedaron asombrados con las ideas y avances. Más aún con el prototipo, el cual les aseguraron financiarán su viaje a la expo nacional de tecnología. Ambos hacían un gran equipo y los profesores no perdían oportunidad de mencionarlo a cada rato.

Eso abría prácticamente un pase directo al MIT, do de Tony deseaba estudiar, y ayudaba de sobremanera a Steve para complementar su solicitud de beca deportiva.

Habían decidido celebrar en la casa de Tony, el cual sabía qué harían.
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- Buenas tardes, joven Stark - dijo Jarvis educadamente.
- Hola Jarv.
- Buenas tardes, señor Rogers.
- Buenas tardes Jarvis - saludó de forma cortés el rubio. Ya conocía al mayordomo de la casa, lo había recibido en todas las ocasiones en que él había ido a trabajar con Tony.
- ¿Cómo resultó su presentación? - preguntó con cierto tiente de emoción.
- Nos fue increíble Jarv. De hecho, hemos venido a celebrar. ¿ Puedes pedirnos unas pizzas?
- Claro, joven. Las pediré de inmediato.
- Estaremos en mi habitación. Gracias Jarv.

Dicho esto, ambos jóvenes subieron hacia la habitación del más bajo. Al entrar, una ola de sentimientos inundó el interior de Steve, pero trató de ignorarlos para no hacer sentir incómodo al castaño.
Para aligerar su ambiente, comenzaron a hablar de los grandes planes que tenían debido a su éxito en ciencias. Miraban hacia el futuro con tanta expectación y alegría que no notaron el tiempo en el que la comida estaba siendo servida en el escritorio de Tony. A Jarvis le gustaba ver feliz a su niño.

Finalmente el viejo se sentía parte de la crianza del joven heredero, puesto que sus padres estaban en constantes viajes o compromisos de la empresa. Él lo cuidaba y mimaba lo suficiente como para sentirlo casi como un hijo propio.

El mayordomo dejó la comida y bebida para salir y dejar a los jóvenes solos con su conversación.
Al notar que el hombre mayor iba en retirada, ambos dijeron un "Gracias" y con un asentimiento, éste dejó la habitación.

Atacaron la comida con hambre, estaban ansiosos y hambrientos. Con los nervios de la presentación, no habían comido desde el día anterior.

Comían y reían. Los trozos de pizza iban desapareciendo de las cajas.  La conversación seguía su curso.

- Steve... ¿Qué pasará con nosotros ahora? - la duda surgió de la nada en la cabeza del joven.
- ¿A qué te refieres? - la cara de duda de Steve lo decía todo.
- Con esto. Con nosotros. Ya no hay trabajo que presentar, por lo tanto ya no tenemos nada por lo cual juntarnos.

La declaración resuelta del castaño dejó pensativo al rubio. Era cierto, ya no habían excusas para verse a diario. No había motivo que los mantuviera juntos.

El ambiente cayó en un silencio un tanto incómodo hasta que, cuando disfrutaban de sus últimos trozos, ocurrió lo impensado.

En un impulso por parte de Tony, se acerca torpemente a la boca de Steve y lo besa superficialmente. Éste, al sentir el contacto, abrió enorme los ojos ante el asombro y la torpeza de aquel beso.

Fue un beso con sabor a pepperoni, salsa de tomate y extra queso.

Cuando el contacto terminó, ambos jóvenes se miraron sonrojados...

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Pinnilette*

Incipient Love 💝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora