Evita como conocí a Peron.

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Evita dijo:"En mi libro La Razón de mi Vida": dije como conocí a Peron el ya estaba en lucha. Lo recuerdo como si lo viese, con la mirada llena de brillo, con la frente levantada, con su limpia sonrisa, con su palabra encendida por el fuego de su corazón. Vi desde el primer momento la sombra de sus enemigos, acechando como buitres desde la altura o como víboras pegajosas desde la tierra vencida.
Vi a Peron demasiado solo, excesivamente confiado en el poder vencedor de sus ideales, creyendo en la primera palabra de todos los hombres como si fuese su propia palabra, limpia y generosa, sincera y honrada.
No me atrajeron ni su figura ni los honores de su cargo y, menos sus galones de militar. Desde el primer momento yo vi su corazón, yo vi su corazón, y sobre el pedestal de su corazón, el mástil de sus ideales sosteniendo cerca del cielo la Bandera de su Patria y de su Pueblo. Vi su inmensa soledad, una soledad como la de los cóndores, como la de las altas cumbres, como la soledad de las estrellas en la inmensidad del infinito. Y a pesar de mi pequeñez; decidí acompañarlo. Por seguirlo, por estar con hubiese sido y hubiese hecho cualquier cosa menos torcer la ruta de su destino. Fue cuando le dije un dia:"estoy dispuesta a seguirlo, donde que quiera que vaya".
Poco a poco yo Evita entré en sus batallas. A veces porque me provocaron sus enemigos. Otras porque me indignación sus traiciones y sus mentiras.
Había decidido seguirlo a Peron, pero no me resignaba seguirlo de lejos, sabiéndolo rodeado de enemigos y ambiciosos que se disfrazaban con palabras amistosas. Y de amigos que no sentían ni el calor de la sombra de sus ideales.Yo quería estar con él los días y las noches de su vida, en la paz de sus descansos y en las batallas de su lucha.Ya sabía que el, como los cóndores, volaba alto y solo. ¡Y sin embargo yo tenía que volver con él los días y las noches de su vida,en la paz de sus descansos y en las batallas de sus lucha. Ya sabía que él, como los cóndores volaba alto y solo. ¡Y sin embargo yo tenía que volar con él! Confieso que no me di desde el principio toda la magnitud de mi decisión. Creí que podía ayudar a Peron con mi cariño de mujer, con la compañía de mi corazón enamorado de su persona y de su causa, pero nada más. Pensé que mi tarea, junto a su soledad, era llenarla con la alegría y con los entusiasmos de mi juventud.

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Fotos Google archivos derechos reservados 14-07-2019

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MARIA EVA DUARTE "EVITA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora