VIII

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-Muy bien Sakura, siéntate- Ordena Tsunade con su típico todo de voz fuerte.

Sakura sin rendir oposición obedece, tomando asiento en la camilla de la habitación.

Tsunade evalúa su peso, le hace pruebas reactivas y luego comienza con la revisión de su bebé.

-¿Cómo te has sentido estos últimos días?

Esa es una buena pregunta  ¿Cómo se ha sentido? Pues... siempre fue sentimental, y los hombres que ha amado sólo le complican las cosas.

-Un tanto agotada, es todo- Miente con cuidado de no hacer ningún movimiento incriminatorio. Después de todo el cansancio es un factor regular en el embarazo ¿No? Lo sabía por las pocas mujeres en cinta que le había tocado atender y por algunos libros de medicina.

Tsunade anota en su libreta sus características.

-Tu vientre ya esta adquierendo forma y ya terminarás la 4 semana de gestación. Lo que dignifica que la cabeza de tu frijolito se esta formando- Habló Tsunade con una sonrisa.

Sakura sintió su pecho estrujarse.

¿Realmente sería una buena madre?

Mientras ella se ahogaba en sus problemas perdía la oportunidad de estar con su bebé.

Esa interrogante la perseguía desde el día que recibió la noticia.

¿Realmente sería una buena madre?

La culpa la azotó.

Sakura sabía de que quería firmar una gran familia. Después de todo, tras crecer como hija única la necesidad surgió en ella, sabía -incluso desde que era una adolescente- que si bien ser Ninja se posicionaba entre sus metas el ser madre lo hacía también.

Sin embargo, ahora, teniendo la oportunidad no estaba tan segura.

-¿Sakura?- La llamó Tsunade, parecía llevar bastante tiempo en sus pensamientos.

-¿Cree que seré buena madre Tsunade-sama?-Aquello lo dijo con un hilo de voz y fue más bien una pregunta para sí misma pues no quería que su maestra la escuchara

-Siempre quise una familia grande, sin embargo, mi mama dijo que durante su embarazo tuvo bastantes complicaciones conmigo, que por eso mis padres nunca tuvieron otro hijo. Temían por la salud de mi madre.
Mis tíos decían que lo mejor para mamá era abortar... pero ella se rehusó terminando por alejarse de su familia materna e iniciando un ciclo nuevo a partir de ella y su padre;  podria decirse que heredó  la idea-tanto para su madre como para ella les resultaba conflictiva por no decir repulsiva- y es qué, aunque no tuviera una idea muy desarrollada en ese entonces, en su adolescencia, al ser asistente de médico y uno ya propiamente dicho lo comprobó; la sola idea de matar a un inocente, a un niño, no, no podía tal vez por eso nunca se podría considerar un Ninja en su totalidad; no podía renunciar a su humanidad por completo y aunque los aldeanos pensarán que ser Ninja era solo recaudar fondos, ser reconocidos y gastar chakra; la realidad del detrás de escena estaba más alejada que simplemente herir a los enemigos con kunais y churikens.

A la princesa Senju aquello le cayó como balde de agua, podía ver reflejado su miedo en los ojos de su alumna, miedo qué-creía ella- pasaban todas las mujeres alguna vez. Tsunade llegó a la conclusión de que no podría aconsejarla, pues si bien ella alguna vez pasó por eso nunca mas supo como superarlo hasta que se volvió un pensamiento más.

-Siempre he querido una familia grande- Habló Sakura, sin embargo, ahora veo esto demasiado lejano- Sasuke no está, y, aunque no quiera aceptarlo esto me afecta, estoy confundida, me siento una mala mujer le fallé... No me imagino a mi misma dentro de unos años, no sabría como explicarle a este niño porque su padre no está con nosotros. No sabría que hacer si termina odiándolo, o peor, odiándonos a ambos...Yo simplemente no puedo.-La Haruno Uchiha agachó la mirada, era la primera vez que exponía sus pensamientos en voz alta, ninguna lágrima bajó de sus ojos, sin embargo, no encontraba el valor suficiente para encarar a su maestra.

La Senju no era buena mostrando afecto.
Nunca fue por cuestiones de orgullo aunque así pareciera, y es qué,  aunque siempre presumía ser nieta del primero había sacado gran parte de su personalidad de Nidaime; no se quejaba, sin embargo, eran en ocasiones como esta en las que el carácter apático de Tobirama sobraba.

Sin embargo, la mujer que estaba frente a ella la quería como una hija, debía de mostrarle su apoyo de alguna manera.

Colocó su mano en su hombro.

-Todo ira bien Sakura, ya verás, me encargaré personalmente de tu bebé y... si aún tienes dudas con respecto a todo esto, puedes ir conmigo en mi siguiente viaje- Habló la Senju.

Sakura suspiró.

No quería renegar de su bebé, es solo qué... durante su viaje con Sasuke sintió cosas que ni la adrenalina de ser Ninja pudieron igualar, se sintió realmente libre.

Ese día había vuelto a sentir lo mismo, sin embargo, fue cuando los labios de Kakashi tocaron los suyos.
Sabía que estaba mal, que eso no era propio de una mujer, que lo que le hizo a Sasuke no tenia nombre, sin embargo lo que verdaderamente le aterraba era el hecho de que no sentía culpa.

>>Amas a Sasuke ¿o es la sensación de libertad?<<

SaradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora