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—¡Déjame ir! 

Jimin se rió como una hiena loca, sus dedos punzando mi bíceps. Sin romper su paso, me tiró lejos de la sala y dentro de la casa.  

No quiero ir. No quería ir a ninguna parte con él.  

—¡Llévame de vuelta! 

¡No puede estar muerto! 

El hecho de que yacía inmóvil y ensangrentado no significaba que se había ido. 

Eso es exactamente lo que significa. 

Negué, desalojando esos pensamientos terribles. Está vivo. Tenía que estarlo. 

No podía tolerar ninguna otra respuesta. Me negaba a vivir en un mundo donde el mal triunfa sobre el bien. Eso no estaba bien, la vida no podía ser tan cruel. 

Siempre ha sido así. 

Mi mente se llenó de imágenes de mi madre. La desolación de mi padre. Mi infancia rota. El mal nos había controlado desde el primer día. ¿Por qué ahora sería diferente? 

¡No está muerto! 

Tragué un sollozo. 

Por favor no estés muerto… 

Luché duro. —Déjame verlo. ¡No puedes hacer esto!

Jimin se rió más fuerte. —Deja de mendigar, Weaver. ¡No te hará ningún bien! 

¡No está muerto! 

Bloqueé mis rodillas, luchando contra él en cada paso. —¡Detente! —Mirando hacia atrás por el camino que habíamos recorrido, la puerta de la sala parecía muy lejana, un faro brillante al final de un pasillo—. Eran tus hermanos, psicópata. ¡¿No sientes nada?! 

Por favor, déjame ir a él. Tiene que estar vivo... 

Por favor, deja a mi gemelo mantenerse con vida... 

¡Deja que todo esto sea una pesadilla! 

No podía hacer frente a Yoongi asesinado; me volvería clínicamente loca si mataban a V, también. 

—Siento alivio. Ya no tengo que aguantar su mierda. —Mostró sus dientes—. Cut nos hizo un favor a todos. 

Cut debe morir. 

Era la reencarnación del mal. Merecía morir de una manera terriblemente dolorosa. 

Me niego a creer que están muertos. 

—¡Dije que basta! —Me retorcí más duro, teniendo éxito en que los dedos de Jimin desgarrara mi carne. La piel de gallina cubrió mi piel mientras que el hielo congeló mis venas. Cada segundo era tortura sin fin. No podría vivir sin Yoongi. 

¡No puede terminar así! 

—No vas a ganar, Weaver. —Jimin tiró con más fuerza—. Acepta lo que jodidamente pasó y obedéceme. 

El entumecimiento que me ayudó a soportar que Yoongi y Tae colapsaran no había durado mucho. En el momento en que Cut me había dado a Jimin, el segundo exacto en que entregó mi vida a su hijo enfermo de control, perdí esa manta de entumecimiento. 

Agonía que nunca había experimentado antes dejó mi corazón roto en irremplazables pedazos diminutos. Todos mis pensamientos se relacionaban con el asesinato y la muerte. Mis gemidos se habían mezclado con los de Jasmine. Las maldiciones y los gritos de Vaughn ahogados por el dolor. 

Endeudado: Cuarta Deuda//MYG Y TÚ// +18 [TERMINADA T5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora