Vestido amarillo.

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Ahí estaba ella. Lucía muy bonita con aquel vestido de color amarillo, pero parecía incómoda vestida así. La acompañaba un hombre mayor con una barba canosa, logré ver sus ojos de color aceitunados, casi el mismo tono de los de ella. Ambos estaban discutiendo por alguna razón que no logró comprender, obviamente. El hombre se acercó hasta el mostrador para pedirle a Alessia su orden, mientras que yo trataba de ignorar aquella presencia limpiando el mostrador y colocando algunas cosas sobre el.

—¿Tú usas vestidos?— pregunto el hombre.

Alessia me miró unos segundos bastante confundida, y yo también lo estaba. Mi mejor amiga le respondío que si, y después ambos comenzaron a hablar. Él mencionó que su hija no los usaba, pero que a él le parecían bastantes lindos, y que por ello se encontraba enojada. Comenzaba a unir las piezas, comprendiendo que el era su padre, y la razón de la molestia de ella era ese hermoso vestido amarillo sobre su cuerpo. Sonreí en cuanto la miré, pues su postura me resultaba graciosa; tenía los brazos cruzados entre su pecho, y miraba hacia otra dirección tratando de ignorar a su padre por completo, mientras movía un pie. Él señor pagó aquel americano para después caminar hacia ella y salir de la cafetería. Aún podía verlos discutir desde los ventanales de el lugar.

— Creo que tu chica no tiene una buena comunicación con su padre.

— Sí...— respondí restandole importancia.— tenemos que apresurarnos...

Camine a toda prisa hasta la cocina para dejar a Alessia atrás y también a esa conversación. Soy un poco extraño. Algunas veces me gusta hablar con mis mejores amigos de mis sentimientos, pero otras veces no. Siento que me dirán lo de siempre y aveces resulta cansado. Connor llegó hasta mi lado para ayudarme a ordenar las cosas en la cocina. Comenzo a contarme algunos problemas que hay en su casa, y yo como buen amigo le di algunos consejos que se que va ignorar por completo. Alessia comenzó a apresurarnos por que no quería llegar tarde a su entrenamiento de fútbol.

— Es curioso que el señor Downey nos ha dejado salir temprano gracias a tú entrenamiento. ¿Que fue lo que le dijiste?.

— Bueno... mentimos un poco.— me respondió Alessia mientras miraba a Connor pidiendo ayuda.

Yo ya estaba comenzando a molestarme. Ellos saben a la perfección que no me gusta mentir, aún menos si se trata de mi trabajo, y claramente saben que me enojare, por eso lo han ocultado.

— ¿Y que es lo que han dicho?.— pregunte mientras me cruzaba de brazos.

— Dije que mi abuela estaba hospitalizada y ustedes me acompañarían en este momento tan difícil.

— Pero Connor... tú abuela falleció cuando tenías cinco años.— respondí exasperado.

Connor y Alessia tan solo rieron, enojandome aún más. Decidí ignorar aquello, pues la mentira ya estaba dicha, y el permiso para salir temprano también ya lo teníamos. Seguimos limpiando el lugar, mientras yo corría hasta la cocina para dejarla en completo orden. No pude evitar pensar en aquella chica que me gusta desde hace unos meses, cinco aproximadamente. Suena tonto haberme enamorado de alguien con quien nunca he cruzado palabra, pero sucedió, y aúnque al principió jure que no era amor, las mariposas que siento en el estomago cada que veo su hermosa presencia o cuándo la recuerdo me confirman que en efecto, estoy coladito por ella. Algún día tendré el valor para dirigirle la palabra, no se cuándo, pero me gusta pensar que el día llegará.

—¡Shawn, te estoy hablando!.— el grito de Connor me saco brutalmente de mis pensamientos, posando la mirada en mi mejor amigo un poco asustado.— ¡¿que si ya has acabado, hombre?!.—asenti velozmente a eso, así que el se alejó mientras negaba con la cabeza.

with a little coffee.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora