CAPITULO 2.- EXTRAÑO

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No he podido consiliar el sueño, mis párpados se sienten pesados y mis ojos exigen dormir, estoy recostada sobre mi cama, mirando el trozo de papel que yace en mi mano, como se supone que debería de tomarlo, como una broma o una advertencia.

Mi cabeza duele, es sábado por la mañana y mamá ya se a marchado a su trabajo, he terminado de hacer mis deberes y ahora estoy descansando, me levanto de mi cama y me dirijo al baño, miro mi reflejo en el espejo.

 <<tengo los mismos ojos azules que mi padre>>.

Dejo salir un suspiro nostálgico ante su recuerdo, papá murió en un choque hace 13 años, yo para ese entonces solo tenía tres, lo único que me queda de él, es este anillo que llevo conmigo siempre, dejo de mirarme cuando el sonido de el teléfono me saca de mis pensamientos, bajo las escaleras a toda prisa y contesto.

--¿Bueno?---digo, pero nadie al otro lado me contesta.

--........

--¿Bueno?---vuelvo a preguntar, solo escucho la respiración de alguien.

--........

Las palabras escritas en aquel papel vienen a mi mente, el miedo me invade y termino colgando.

<<Solo se equivocarón de número, solo se equivocarón de número>>.Trato de controlarme.

No son muchas las personas que conocen el número de la casa, el timbre comienza a sonar, me quedo paralizada en medio de la sala, no sé que hacer, todo cambia segundos después cuando escucho que es la voz de denisse.

--¡Allison!---le oigo gritar.

Corro hacia la puerta y abro, ahí están bajo el umbral, esos ojos cafés, rápidamente le tomo de la mano y la meto dentro.

-¡Ay!.-exclamó.-¿Por qué tardaste tanto en abrir?.-pregunto molesta, safandose de mi agarre.

--Lo siento, estaba en el baño---mentí.

No quería involucrarla en todo esto, yo sola me las arreglaría para resolverlo.

--Iuu---hizo un mohín de asco---en fin a lo que venia, quiero que me acompañes al centro comercial---suplicó, haciendo ojitos de perro triste.

--Sabes que no tengo permitido salir.

--¡Oh vamos!---exclamó exasperada---nadie se lo contara a tu madre, no sé si te has dado cuenta pero, literalmente vives en medio de la nada.

Tenía razón, pero si mamá se enteraba seguro que me dejaria encerrada con llave los fines de semana.

--Por favor, Alis---imploró.

--Está bien---accedí, la castaña siempre lograba convencerme---pero será rápido---advertí.

--Gracias, gracias, lo prometo---dijo entusiasta, me tomo por la espalda y me abrazo---eres la mejor, lo sabias.

--Lo sé, ahora deja solo cambiarme---- no pensaba salir allá afuera con un short y un blusa toda remendada---espérame aquí.

Sin más que decir subí y cogí del ropero lo primero que vi, que fue un pantalón de mezclilla azul y una blusa de manga larga roja, afuera el clima estaba siendo frio y no quería pescar una gripa.

Ya lista baje, cerré la casa con llave y a las ventanas con seguro, salimos de ahí y el  viento frio azoto en nuestras caras, durante el camino solo nos dedicamos a hablar acerca de una serie que ambas estábamos viendo, me detuve en seco cuando llegamos a aquel lugar en donde ayer vi a alguien.

---¿Pasa algo?---pregunto preocupada.

--No, todo está bien.

Seguimos caminando como una hora, hasta que llegamos al centro comercial, Denisse me hizo recorrer todos los locales en busca de una falda de mezclilla, esa mujer estaba loca, como se le ocurria usar falda con un clima tan frio.

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⏰ Última actualización: May 30, 2020 ⏰

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