Mi amiga, La Muerte.

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Desde pequeña siempre me sentí distinta del resto... y me dí cuenta que era por los amigos con los que me juntaba, no eran los típicos amigos que una niña de 8 años tenía, para mis padres eran amigos imaginarios, para mí eran  espíritus, si espíritus, era perfectamente conciente que eran espíritus de todo tipo de lugares edades y costumbres completamente diferentes. Mis padres me llevaron a todos los especialistas mentales habidos y por haber, ellos les decian que mi cabeza estaba completamente normal pero mis padres estaban empecinados en que algún problema tenía ya que a los 16 años todavia los veía y hablaba con ellos, esta bien lo admito tampoco soy la chica más "normal" del mundo, mis mejores amigos son  los espíritus... ok... esta bien lo admito, soy muy rara.

Desperté llena de sudor aunque estaba helada, sentí como alguien me movía la pierna para que reaccione, unas voces de mujer y hombre fucionadas con una especie de eco que me  dicen

—Despierta Kelly tenemos que hablar ahora mismo-.

No podia creer lo que mis ojos estaban observando en ese momento, me golpeé la cara para despertarme mis ojos estaban abiertos como nunca antes, era la mismisima Muerte sentanda en la silla de mi escritorio donde estaba el computador, esperando a que por lo menos logre sentarme ya que estaba casi tapada escepto por mis ojos con la cobija, intenté gritar pero nada salió de mi boca, con muchisimo miedo dije

— Qué e-es lo que se le ofrece?-. La mire detalladamente y destapé mi cara con temor aún.

— En serio?! hablas siempre con gente muerta y al verme te asustas! -torció su cara hacia el costado-. *vaya para ser LA MUERTE si que tiene sentimientos*

— Lo siento, no quise ofenderla...-. Ella tenia razón, pero es la Muerte! quien no le teme?.

— Pues te informo que lo hiciste, aunque te entiendo no debe ser fácil, además estoy más que acostumbrada a esa reacción, imaginate -se arreglo la capa y se crusó de piernas- Es muy Femenina pensé.

— En fín... vine a visitarte porque tú eres la bendecida o maldecida con este don, el don de hablar con los seres del otro mundo, Tú -me señalo con su huesudo dedo indice- me ayudarás-.

—QUÉ!!! CLARO QUE NO! NO PODRIA HACERLO TENGO SENTIMIENTOS! Y.. -.

— Me estás agotando la poca paciencia que me queda. Eres una simple mortal no eres nada comparada conmigo, soy La Muerte, no la de alguien, si no La Muerte. De verdad piensas que le asignaría mi trabajo a una simple mortal como tú? querida, en verdad eres así de ingenua o solo eres estúpida?-. rió sarcastica moviendo su cabeza para los costados.

Ofendida por su respuesta aunque debo reconocer más tranquila de saber que no le quitaría la vida a la gente, le dije

— Entonces para que viniste?-.  la miré e hice una mueca de fastidio para luego rodar los ojos.

— Vine por que debido a mi trabajo, tus amigos  los espirítus no quieren decirme nada acerca del INCUBO, es uno de los espirítus más malignos que existen, se ah escapado del purgatorio donde aguardaba la decisión de donde iba a vivir eternamente... es muy maligno y se caracteriza por atacar sexualmente a sus víctimas casí siempre mujeres, por eso es que vine tengo que atraparlo porque su venganza será terrible... y tú eres la única esperanza en el mundo de los muertos, -bajo su cabeza y susurró- no puedo creer que dependamos de una mortal...-.

Quedé más que impactada porque  yo sabía donde estaba... estaba en una casa antigua a las afueras de la ciudad, era más que fácil encontrarlo, sabía su nombre, pero no lo que hacia y que era un espíritu tan oscuro, inmediatamente le dije  el lugar y ella desapareció, en ese mismo instante  mi padre entró a mi habitacíón  muy dormido y me dice :

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