II

1.5K 129 211
                                    

Al fin ha llegado, el paso final. La última prueba para ser oficialmente maestro, la presentación del TFG. Dentro de unas horas tiene que exponer ante un jurado en diez minutos el trabajo que le costó dos meses hacer. Raoul es consciente de lo mucho que ha trabajado y de que se sabe de pe a pa lo que tiene que decir, pero es que él no es muy de palabras y, si no es delante de los niños, siempre le ha dado mucha vergüenza hacer presentaciones.

El origen de este miedo irracional a las exposiciones le viene desde segundo de carrera, cuando se confío en exceso con una presentación y acabó quedándose en blanco delante de la clase, aún recuerda lo rojo que se puso aquel día después de confesar un "no sé qué más" a todos sus compañeros. Lo que de verdad no sabe es como narices aprobó esa asignatura después de semejante metida de pata. Después de aquel día, sólo al oír presentación ya le entra un mal en su interior. Por eso, ahora, en el TFG es su momento de quitarse la espinita. Si clava esta presentación, puede hacer lo que sea. El problema? Que la teoría se la sabe, pero le cuesta ponerlo en práctica y esto le lleva a estar dando vueltas en circulos por el salón y repitiéndose una y otra vez todo lo que debe decir.

- Te va a salir bien, quieres calmarte?

Menos mal que lo tiene a él, o más bien, menos mal que él lo aguanta. Sus padres y su hermano no dejan de repetirle que no le dé más vueltas al asunto, que está bien. Pero él no acaba de creérselo. Agoney tiene un nosequé que le calma de verdad, quizás es porque hace unos años él estaba en su misma situación y le comprende o quizás es porque le da un beso y él ya se olvida del TFG, de los nervios e incluso de respirar.

- No me sé nada, me he quedado en blanco -afirma el rubio mordiendose las uñas

- Va, haz la presentación como si yo fuera el jurado y ya verás como no hay por qué preocuparse -le anima Agoney

- No es lo mismo

- Por qué? -pregunta extrañado el canario

- Porque tú me das confianza -confiesa el rubio en una sonrisa y un poco sonrojado- no me da miedo hablar mirando a tus ojos

Agoney reprime las ganas de comerle a besos, pues conociendo su historial acabarían llegando tarde ambos.

- Pues piensa que soy yo el que te examina -sugiere el moreno

- Entonces me pongo cachondo, eso no ayuda, Ago

- Hala! -ríe el canario envolviendo al menor en sus brazos y dejándole un tierno beso en la cabeza- va a ir todo bien, vale? Tú puedes con esto y con todo lo que te echen

- Yo puedo -le sonríe con convicción

- Muy bien -le vuelve a besar la cabeza hundiendo la nariz en el tupé rubio para aspirar el olor a rosas del chico- a qué hora es la presentación?

- A las doce y media -le informa Raoul pasando sus brazos alrededor del torso de Agoney afianzando su agarre

- Salgo a las doce del cole -interviene el moreno- igual puedo ir y verte antes de que entres

- Tú crees? -pregunta Raoul con la ilusión brillando en sus ojos

- Sí, además la universidad está a nada en coche -razona Agoney

- Qué bien! -le apretuja aún más el rubio

Los dos chicos se quedan abrazados en el salón del canario, disfrutando del silencio cómodo que se instala entre ellos cada vez que se sienten mutuamente.

- Me tengo que ir, pollito -le informa el canario

- Vale -responde Raoul acomodando la cabeza en el pecho del canario

NO TE VAYAS, POR FAVOR (OS Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora