Cap 31.

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Un sonido te había despertado. Era un sonido melodioso y perfecto. Era Niall cantando y tocando la guitarra.  Te encantaba ver y escuchar a tu esposo cantando. Niall ya estaba cambiado de ropa, se notaba que se acababa de bañar, y estaba sentado sobre la cama con las piernas cruzadas. Tú estabas envuelta en las sábanas y le sonreíste cuando te vio.

-          It’s gotta be you – comenzó a cantar de manera lenta- only you uh uh. Buenos días a la esposa más perfecta de todo el mundo

-          Buenos días, amor.

-          Anoche fue increíble.

-          La mejor de mi vida- le sonreíste.

-          Vístete, hoy es nuestro último día y quiero mostrarte algo.

Te paraste de la cama y fuiste directo a bañarte y vestirte. Al salir Niall ya te esperaba sentado sobre la cama, te sonrió y se paró para dirigirse a la puerta. Ambos salieron pero Niall no entró en el carro así que lo seguiste.

-          A dónde vamos?

-          Es a una playa privada- dijo tomando tu mano-, pero hay que caminar un poco. Sólo estaremos tú y yo.

-          Pero no traje bikini, Niall.

-          Yo tampoco- Dijo volteándose a verte con cara divertida. Entendiste el mensaje y le sonreíste de vuelta.

Caminaron por veinte minutos, el sol te estaba quemando. Hasta que llegaron, todo estaba despejado, el agua era cristalina, el cielo estaba despejado, la arena era clara y no había nadie. Sólo había una mesa con toldo en todo el centro de la playa.

-          Qué hermoso- dijiste sonriendo.

-          Y es sólo para nosotros, es parte de cabaña así que el chef nos atenderá especialmente.

Se sentaron en las sillas mientras veían el paisaje.

-          Esto es muy perfecto.

-          Todo es perfecto, nuestros hijos, nuestra boda… tú.

-          Nunca te olvidaré, Niall Horan. Nunca olvidaré todo lo que has hecho por mí y porque lo nuestro funcione.- él sólo sonrió, estaba feliz de escuchar eso. Y estaba feliz de que todo haya salido bien.

-          Desean ordenar algo?- Dijo interrumpiendo un Sr.  con un delantal blanco y un gorro del mismo color.

-          Ah, sí. Queremos unas piñas coladas para empezar. – ordenó Niall. El chef se retiró y fue ahí cuando te diste cuenta que habían unas cartas sobre la mesa, eran viejas y se te parecían tan familiar.

-          Qué es esto, Niall?- preguntaste poniendo un mechón de tu pelo detrás de tu oreja y agarrando una carta.

-          En serio no lo recuerdas?- negaste con la cabeza- Pues, esas, querida mía, son las notas que nos pasábamos en clases cuando estábamos niños. Guardé todas y cada una de ellas.

-          Hablas en serio?- sin pensarlo abriste la primera carta y comenzaste a leer en voz alta.

    “No puedo creer que no aceptes ser mi novia. Sólo así te dejarán de molestar tonta”
“No soy tonta, pero prefiero que se metan conmigo antes que ser tu novia, ****o.”

   “De cualquier forma diré que eres mi novia. Puedo decir que te amo?”

“No me amas, tonto.”

   “Bueno, te adoro”

La carta estaba arrugada, recordaste que la profesora les había quitado la nota en ese momento y la había arrugado y la botó.(( Cómo se supone que él consiguió esa carta?))

-          Busqué en la basura después de clases- Explicó adivinándote el pensamiento.- Esa fue una de muchas, pero fue la primera vez que te pedí que fueras mi novia. Y ahora eres mi esposa

-          Y la esposa más afortunada de todas.-  te paraste y te sentaste en sus piernas, pusiste tus manos alrededor de su cuello y te inclinaste para besarlo. El chico deslizó sus manos por debajo de tus piernas y te cargó. Se seguían besando y él caminaba hacia el agua. Te quitaste las sandalias antes de que entraran y él se quitó los zapatos ayudando a un pie con el otro. Comenzaste a sentir el agua salpicándote.

El chico te soltó y se separaron, el agua te llegaba hasta la cintura, tenías tus manos sobre sus hombros y lo veías sonriéndote. No podías esperar nada mejor. Era lo más perfecto que podías tener en tu vida. Niall comenzó a salpicarte con el agua y tú hacías lo mismo, hasta que él se sumergió y tú hiciste lo mismo. No podías abrir los ojos porque el agua estaba muy salada y te picaban los ojos, saliste a la superficie con los ojos cerrados todavía. Sentiste que te tomaban por la cintura y te besaban tiernamente los labios. Abriste los ojos y de nuevo esta él, corriendo al frente de ti hacia la arena, lo seguiste, jalaste su camisa y cayó al suelo, él te agarró las piernas y caíste a su lado. No paraban de reír. Te moviste para quedar sobre él  y ver cómo el sol iluminaba su cara.

-          Te amo- besaste sus labios.

Algo más que amigos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora