Y septiembre pasó volando, se fueron las fiestas patrias, se fue el invierno, para finalmente aparecer octubre.
Era el primer sábado de octubre, cuando la pelirrosa fue convocada por las novias para hablar de la boda.
No habían avanzado mucho. Como era su último año de universidad, se la había pasado haciendo trabajos y estudiando.
Pero ahora sí se ponía las pilas.
Llegó al departamento que compartían la pareja. Tocó el timbre y una voz le preguntó:
—¿Quién es?
—La más pulenta*, po'.—Respondió.—Apúrate en abrirme, chiquitita. Y ojalá tengaí algo pa' comer que estoy que me corto*.
Tras oír una risa, el audio se cortó y la reja se abrió. Subió las escaleras, para detenerse en el cuarto piso. Golpeó la puerta. Tomó aire y trató de esbozar su mejor sonrisa.
Sonrisa que se borró, cuando Gumi le abrió la puerta.
—Oh Luka, te estábamos esperando.—Dijo.—Dos besos.
—¡No, no, no! Conmigo de mano.—Corrigió y estrechó su mano a la Gumi.
Tras esta acción, entró a la casa. Un olor dulce llenaba el lugar.
—¡Luka!—Exclamó Rin y corrió a abrazar a su amiga.—¡Qué bueno que llegas! Miku está haciendo panqueques.
—¡Wena*!—Celebró.
Se sentó en la mesa, la cual estaba llena de fotos y papeles de distintos lugares. Agarró uno al azar.
—¿Qué es esto?—Preguntó.
—Ah, estamos viendo lugares para la boda.—Respondió Rin.—¿Qué opinas?
—Opino que Pirque* está más lejos que la chucha.—Comentó al ver el papel.
—¡Cierto!—Exclamó Miku, desde la cocina.—Pirque es muy lejos. Yo opino que nos casemos en el Cerro San Cristóbal*.
—¡Cásense en el zoológico!*—Rió Luka.
Gumi estalló en risas, así que la mayor dejó de reír y la miró con desagrado. Sí, realmente la odiaba.
—Siendo sincera, hay que tener hartas cosas en cuenta.—Inició Rin.—Primero que todo, el matri va a ser en junio, en pleno invierno. Va a estar más helado que canilla 'e gaviota, por lo que vamos a necesitar un lugar con interior.
—Tienes toda la razón, Rin.—Asintió Gumi.—Además hay que tener en cuenta los invitados, la comida y la decoración. Cachaí que a una amiga se le...
—¿Quién?—Preguntó Luka, interrumpiéndola.
—Una ami...
—¿Quién te preguntó?—Se burló. Rin ahogó una risa.
Miku salió de la cocina con los panqueques ya listos. Estaban puestos en un lindo plato, la peliceleste era una maestra en la cocina. Cosa que Rin apreciaba, ya que ella no era la mejor cocinando.
—Tenemos pensado ir a ver unos lugares mañana, ¿Qué opinan?—Preguntó.
—Por mí, no problem.—Dijo en inglés, la Megurine.
—Yo tampoco tengo problema.
—'tonces, ya estamos, po'.—Confirmó la rubia.
Viendo que la conversación ya había acabado, Luka tomó un panqueque y lo mordió. Al instante quiso vomitar, era lo peor que había probado.
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La Boda;; RinKu
FanfictionLos pájaros cantan, el viento sopla delicado, los pétalos caen en armonía, las campanas suenan. Y ahí, en ese camino que lleva al altar, camina la hermosa novia. Los invitados lloran y celebran, a excepción de un par que, botella en mano, dicen "nu...