TWO

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El frío transpazo las sabanas y obligo a Jade a revolcarse en ellas. Sus párpados se abrieron y pudo ver las gotas salpicando en su ventana. Cerro la escazes de espacio, para permitir que las pequeñas y livianas gotas no inundaran su habitación.

Levanto la suave manta, revelando la carta de Lauren con una arruga mas, de noches como aquella.

La guardo en su cajón y agarro su celular.

Aun no estaba preparada para bajar y revelar delante todos las ojeras que habían estado creciendo cada semana mas y que ahora estarían mas marcadas tras lo  ocurrido ayer.

Envuelta en sus pensamientos, solo la hizo recordar que tendría que ver a Erick antes de que se enojara.

Solo llevaban casi dos meses de una relación como novios. Pero se trataban como dos maridos.

Jade cerro fuertemente la puerta del baño. Cerro los ojos fuertemente. Había salido de su habitación, pero aun no quería bajar o que alguien se enterara de había despertado.

Dejo su ropa en el perchero, junto a el estaba la repisa con el aparato para su asma. Suspiro viéndolo, dejo el celular junto a el para no olvidarlo. Este sonando con el álbum de Ed Sheeran.

Canciones inspiradoras. Muy inspiradoras.

Agua callo sobre su pesada piel. Su piel sin ningún rasguño, solo pequeñas cicatrices que había fabricado de niña.

No quería decir que ya no fuese niña. Se consideraba una niña mentalmente, teniendo 19 años la convertía en una chica con pensamiento puros de una niña e impuros de un adulto.

Su piel se encontraba bastante suave. Después de ese baño se prometió así misma olvidar lo de la noche. Hablar con Erick y buscar una manera de contarle a sus padres sobre su noviazgo.

Busco una ropa cómoda. Bajo las escaleras. Sus manos ocupadas por su aparato y su celular.

Sus ojos trataron de buscar a alguien. Pero no lo encontró.

En ningún momento se le había ocurrido mirar la hora desde que había despertado.

6:30am.

Sus ojos casi se desorbitaron.

Con mayor razón sus ojeras eran tan profundas. Se durmió tarde y despertó temprano y lo mas extraño. No sentia ninguna pizca de sueño o pereza.

Un domingo. Por la mañana.

Extraño que alguien este despierto.

Extraña Jade.

Su estomago rugía.

Tenia una mente masoquista y contradictoria.

Podía quedarse en casa. Comer y dormir un poco. Pero no, prefería salir en medio de la lluvia, para hablar con Erick tal como ayer no queria hacerlo y se estaba asesinando así misma olvidando su aparato para respirar.

Esta vez no lo olvido.

Pensaba en la posibilidad de que la regañaran o que r rechazaran su relación.

Ya la descubrirían. Tarde o temprana. Terminarían haciéndolo.

Abrió la puerta el viento hizo sonar las cuencas que colgaban de la entrada junto a la puerta.

Las posibilidades de que la escucharan eran demasiadas.

Jade? - Se escucho una pequeña voz a lo lejos.

Genial - dijo Jade en tono sarcástico.

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Ella era letras;
El, una pagina en blanco.
-Historiador

Amo esa frase

No olvides mi promesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora