Eso es mío ♡

6 2 4
                                    

Desperté, bajé a la cocina pues escuché el ruido de más voces de los usuales.
~Hola princesa, ¿cómo amaneciste, mi niña?

¿Princesa? Nadie me decía princesa en mi casa.
Se me ocurrió voltear hacia abajo y ¡OH, POR DIOS! Pensé que estaba alucinando, pero no, ahí estaba Astian parado al pie de la escalera con ropa un poco floja (con la que supongo durmió) y una taza de café en la mano. Terminé de bajar la escalera y lo saludé con un beso en la mejilla
~Bien gracias. -Respondí un poco asombrada
Fui directo a la cocina a buscar un poco de comida mis tripas rugían. Llegué y estaba mi madre y mi padre sentados en la mesa de la cocina desayunando.

~Hija, que bueno que bajas, tenemos que hablar. -Obviamente quedé aún más confundida, sólo hice un gesto de que no entendía nada y asentí. –Desayuna, ahorita hablamos. –Eso me dio más miedo aún.

Terminé de desayunar, tenía la rara costumbre de traer a Lorena y David pegados a mí en video-llamada y esta no era la excepción, volví a entrar a la cocina, lavé mis trastes y al salir estaban mis padres y Astian sentados alrededor de la mesa en la sala de estar.
~Itzel, ven. Te dije que íbamos a hablar.

Logré escuchar el “tss” de ambos, en coro y muy parejitos, como si lo hubieran ensayado. No tuve la oportunidad de decirles algo, así que sin que los demás lo supieran David y Lorena se sentaron con nosotros, obviamente el par de chismoso no colgó y sólo silenciaron la llamada. Me senté y la mirada de mis padres era completamente amenazadora, Astian no lograba verme a los ojos por más que buscaba su mirada, lo cual me preocupaba.

Mi madre comenzó a hablar y rompió esos segundos (que para mí fueron eternos) de nerviosismo y tensión.

~Itzel. –Metió su mano a la bolsa de su bata para luego sacar algo. -¿Esto es tuyo?

No puede ser, la servilleta que le di a Astian donde le confesaba que me gustaba, ¿cómo demonios llegó a sus manos? Puse los ojos como plato y a la vez me empezaba a enojar cada vez más, cómo es posible que, si habíamos quedado de acuerdo que no se hablaría más del tema él, en la persona que yo tanto confiaba le hubiera entregado la servilleta a mi madre.

~¿Estás demente o qué te sucede? –Gritó.
~Okay, perdón mamá. Sí, eso es mío, y sé que Astian es mayor que yo y no debí enamorarme de él, pero no entiendo por qué estás tan molesta si no pasó de eso, no pasó nada más entre nosotros.
~Yo te lo advertí. –Dijo mi padre dirigiéndose hacia a mi madre, con un gesto de enojo y burla a la vez.
~Lo sé, pero sólo quería que convivieran. –Contestó mi mamá hacia mi papá, mientras tomaba la mano de Astian en gesto de apoyo y empatía.
~A ver, aguarden. Estoy más confundida que al principio.
~Ya dile. –Dijo mi padre.
~¿Decirme qué?
~Okay Itzel, creó que ya eres lo suficiente mayor para saberlo y entenderlo. Y para que quede claro no, no me enoje porque te haya gustado alguien mayor que tú, a todos nos ha gustado alguien mayor. (No es tu culpa por no saber)…
~Mamá, me estas asustando
~Ya díselo sin rodeos. - Gritaron a coro Astian y mi padre.
~Está bien ya. Me enojé porque…

Mis BatallasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora