_Capítulo 1 Mi historia_

13.3K 548 298
                                    

Era un día como cualquier otro, esos días que no tienen nada de interesante, pero no significa que no pueda pasar nada, estaba jugando con Katsuro Fukui, mi hermano menor, no me llevaba tanta diferencia de edad por lo cual jugabamos juntos. Llegó la tarde y nos fuimos a la escuela ya que era a esa hora que debíamos ir, y nos despedimos de mamá y papá.
Cuando llegué a casa, con una felicidad enorme, ya que había comido un alfajor de chocolate muy rico, en ella ya estaba Katsuro y en ese momento, Asa Fukui, nuestra madre, dice:

Mamá: K-Katashi m-murió... Y su razón no se sabe...

Katashi, mi padre, había fallecido, además de mi padre era un gran héroe, del cual quería aprender.
Senti un escalofrío que recorría todo mi cuerpo, estaba totalmente paralizada, con los ojos más abiertos que dos lunas, mi hermano por otro lado, estaba estayando en lágrimas casi sin aliento, mamá estaba azul y ya había hecho un mar de lágrimas, yo por otro lado seguia paralizada aunque me caían lágrimas.

Más tarde muchos de los heroes, familiares y amigos fueron con nosotros a su funeral.

Ya era de noche por lo tanto nos volvimos a casa( tú, mama, y tú hermano). Al llegar mamá simplemente se recostó en su cama y se durmió, por otro lado tú y Katsuro se abrazaban llorando.

Este sufrimiento ocurrió a la edad temprana de 7 años, siendo muy inocente creí que papá estaba jugando en el paraíso de los sueños, cosa que para un niño es lógico que piense asi, lo que si era seguro era que nadie sabía porque se dió la muerte de papa.

Al cabo de unas semanas mamá renunció a su trabajo y estábamos en banca rota, ya que lo único que hacia mamá era ser mesera en un restaurante de solo 2 estrellas, pero no fue lo único ella se volvió totalmente loca, te forzaba a ti y a Katsuro a entrenar día y noche para ser mucho mejores que tu padre, y así ser unos héroes súper poderosos y famosos, claro quien no querría eso pero la cosa es que nos maltrataba y si no cumplíamos con algo de lo que decía nos lastimaba, pero un dos años más tarde a tus 9 le dijiste algo así :

Tú: QUE TE SUCEDE! ESTAS LOCA EL (Katsuro)APENAS TIENE 6 AÑOS!ESTAMOS CANSADOS DE TU MALA CONDUCTA Y ACTITUD!

Grite a más no poder, por un momento todos estabamos quietos sin decir una palabra, pero todo acto tiene una consecuencia, así que mamá se acercó y me pegó una bofetada con su mano en tu rostro. Me había pegado tan fuerte que su mano quedó marcada, no lloré pero sentía el dolor, después de esto corri rápidamente a mi cuarto y Katsuro me siguió.

Katsuro: No aguanto más hermanita...

Dijo él con lagrimas en su rostro.

Tú: No te preocupes estaré aquí para ti y no dejaré que nada te pase, y recuerda que tu hermana te acompaña en las buenas y en las malas.

Le di un brasalete que tenía un dije a la mitad en forma de corazón, el cual decía hermanos para siempre, me quedé con la otra parte y así nos fuimos a dormir sin hacer ruido.

Al día siguiente me desperte las 6 en punto, ya que a esa hora comenzaban las clases de entrenamiento, además mamá no me dejaba ir a la escuela, fui a despertar a Katsuro pero él no estaba, creí que ya estaba despierto lo cual era un poco raro, busqué y busqué, pero no había rastros de él, ni de su ropa o pertenencias propias., fui a decirle a mamá lo sucedido y ella comenzó a llorar.
Mi corazón se había quebrado como un hielo al caer, estallé en lágrimas y miraba continuamente a mi brasalete, mientras recordaba el último momento que había estado con él.

Luego de lo sucedido cada mañana al despertar era lo mismo pero peor, hasta que un día comenzamos a entrenar en el patio trasero, en ese lugar había una vista a una casa muy pintoresca y linda, pero había algo, más bien alguien que llamó mi atención, cuando mamá se fue a comer el almuerzo yo observé por una ventana que siempre estaba abierta a esa persona, un niño que aparentaba tener mi edad, llamó mucho mi atención su cabello bicolor, de un lado un blanco color nieve, y del otro un rojo color fuego, a pesar de la distancia pude ver sus ojos, (tengo buena vista) eran como dos hermosos diamantes hetero cromáticos, uno azul celeste profundo, y el otro gris. Su mirada me cautivó aunque él no me veía, yo si, noté que su padre también lo forzaba a entrenar, no supe bien quien era pero se podría decir que alguien muy robusto y malo, definitivamente como mi madre pero tal vez peor.

Cada mañana era lo mismo, lo observaba cuando mi madre no prestaba atención, y ese chico al igual que yo teníamos problemas con nuestros padres. Él era una de las causas por las cuales entrenaba todo el día, me sentía con ansias de verlo y conocerlo personalmente, además él con tan solo verlo me hizo creer en el amor. Así fue pasando el tiempo y a pesar de esa corta distancia pude enamorarme, no solo físicamente de él sino que también por como era en el interior, ya que se veía amable cuando hablaba con sus hermanas, se que parece algo sin sentido pero así pasó. A mis doce años me aventuré y le quise hablar, pero justo antes de eso...

Mamá: nos mudaremos al otro lado de la ciudad conseguí una casa algo más pequeña y me cobran menos...

Esas palabras me destrozaron, mi razón de seguir con esto era aquel chico, cuyo nombre no sabía, ya que mis otras razones ya no estaban junto a mi, me quedé petrificada y solo una palabra salió de mi boca:

Tú: ... ok ...

Dije sin aliento.

Fue así como me mudé y lo ví por última ves...

Hola! Soy nueva haciendo historias, espero que les guste!

Perdón si hay apariciones de algunos errores, de verdad, perdón.

Hasta el siguiente capítulo.

Afortunado de tenerte Todoroki y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora