BIA—¿Fingir? ¿Ser novios? ¿Tú y yo?—pregunte recostada en el pecho de Manuel.
Estamos acostumbrados a ser tan cariñosos el uno con el otro, pues vivimos juntos hace dos años y somos mejores amigos desde los quince. Bueno, yo tenia quince y Manuel dieciséis. El llegó como alumno de intercambio a la escuela donde yo iba, e hicimos migas enseguida. Luego por cosas del destino yo me mude a su apartamento 'temporalmente', pero claramente no fue así.
Mis padres estaban totalmente en contra de que yo estudiara algo que no tenga que ver con derecho o medicina, así que cuando les dije que quería estudiar Diseño Gráfico no dudaron ni un segundo en echarme de casa y amenazarme con que no estaban dispuestos a pagarme ni un peso de la universidad, por lo que no dude en pedirle a Manuel su ayuda. Me dijo que no había problema, siempre y cuando eso no arruinara nuestra amistad.
Manuel vive solo desde los diecisiete ya que sus padres empresarios le compraron este apartamento cuando el les comentó que ya no quería seguir viviendo bajo sus reglas. Y por lo que parece, Charlie y Marcia no se negaron demasiado.
-Es solo durante la fiesta que haremos. Necesito que Aria me deje en paz, Bia, sino me volveré loco.
¿Fingir ser novia de Manuel?
—Pero Manuel, ya todos saben lo cercanos que somos. ¿Por qué no simplemente le dices a Aria que no te interesa?
—¿Te crees que no lo he intentado? De verdad, si no estuviera tan desesperado como lo estoy no te pediría esto, lo sabes.
Lo se, claro que lo se. ¿Por qué no puedo negarme a él?
—¿Y por qué no le pides a otra chica?—suelto intentando persuadirlo. —Sabes que muchas estarían felices por tener que fingir ser tu novia.
—¿Y luego tener que deshacerme de una Aria 2.0? No gracias.
—Esta bien, acepto. Pero solo porque aun no me has echado de casa.
Manuel suelta una risa y me besa la frente. Nos acurrucamos y entierra su rostro en mi cuello.
—¿Dormimos un poco antes de ir a comprar los preparativos?
—Me parece.
Horas más tarde nos encontramos en casa preparando todo para la fiesta. Manuel ha ido a bañarse y yo estoy finalizando los últimos detalles.
—Va a estar la hostia—oigo la voz de Manuel caminando desde el pasillo.
—!Una hostia te voy a pegar yo si te sigues demorando!—grito mientras una sonrisa baila en mis labios.
—Que malota—siento como susurra detrás de mi cuerpo. Sus manos a cada lado de mi cintura y sus labios rozando peligrosamente mi cuello. ¿Qué está pasando?
—¿Qué haces?—pregunto porque no se me ocurre que otra cosa decir. ¿Qué le pasa?
—¿Te pongo nerviosa?
—No, pero no entiendo...
No puedo seguir hablando porque siento sus labios presionando firmemente los míos. Sus manos siguen en el mismo lugar y yo no sé qué hacer. Los labios de Manuel abren los míos y su lengua entra bruscamente en mi boca.
Me separo rápidamente y me paso las manos por la boca.
—¿Por qué hiciste eso?—mi voz molesta sale sin pensarlo.
—Besas rico—responde evadiendo mi pregunta.
—Manuel...—suelto en tono de reproche.
—Solo estaba probando para cuando tengamos que actuar frente a Aria.