CAPÍTULO 1.

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Narra Gala.

Empecé a abrir los ojos por una molesta luz que entraba por mi ventana, sabía que tenía que levantarme, pues había quedado con las chicas, pero mi pereza era mayor. De repente, cuando creía que había conseguido dormirme otra vez, suena mi querido despertador (nótese el sarcasmo), entonces decidí levantarme. Me duché, vestí y peiné y bajé a desayunar. Allí estaban mis padres y mi adorable hermano Leo que tenía un año menos que yo. 

Era rubio y de ojos azules.

—Buenos días.—besé a mis padres en la mejilla.—Buenos días, enano.—dije a mi hermano y lo abracé.   

—¡No me llames enano!—gritó enfadado Leo.

—Para mí siempre serás mi enano.—Leo rodó los ojos y siguió con su desayuno.

—Cariño, ¿estás nerviosa por lo de esta tarde?—preguntó mi padre y  yo le sonreí.

—La verdad es que sí, pero me alegro poder graduarme con mis amigas y que este fin de semana pueda ir a Londres, para así poder mejorar mi inglés.—dediqué una sonrisa, pero mi hermano empezó a reír y le mire extrañada.—¿De que te ríes, enano?

—De que yo sé que tu no vas para mejorar tu inglés,  si no para ligarte a algún británico buenorro.—dijo y me sonrojé y le pegué en el brazo, él se quejó y me devolvió el golpe, y empezamos a pelearnos.

—¡Ya basta niños!—Gritó enfadada mamá, mientras le pegaba a mi padre por reírse, él se quejó.

—Lo siento mamá, bueno yo me voy que he quedado con las chicas.—dije y salí de la casa, me fui al centro comercial y me encontré con las chicas, pero hubo algo que me preocupó, Paula estaba llorando. 

Oh no...

Atentamente, yo. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora