XXIX

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Durante lo que parecieron horas, el chico se aferró a mi con fuerza. Estaba demasiado impactada para decir algo, así que solo em quedé quieta, sin moverme. El hombre que amaba me estaba abrazando.

Entonces Felix se alejó, buscando mis ojos. Pero era demasiado tímida así que escapé de su mirada. Entonces su mano sujeto la mía y me llevó al banco, sentándome. Temblando, me senté a su lado, su cachorro olfateaba mis pantalones con felicidad. Era demasiado tierno.

Felix aún sostenía mi mano. Tímidamente, miré nuestros dedos entrelazados. Su mano era tan cálida y suave. Estaba sonrojada.

—Felix, ¿Qué estás haciendo?— susurré cuando él se acercó un poco más a mi. Mis piernas ahora estaban tocando las de él y mi corazón latía con fuerza.

—Solo quería disculparme— respondió, provocando que lo volteara a ver. Aprovechó la oportunidad para sujetar mi rostro como lo había hecho en el Fanmeeting cuando se dio cuenta de que no entendía lo que quería decir, se río un poco.

—Estás tan nerviosa Hayley. Muy linda— su pulgar se movió por mi mejilla, acariciándola y yo, yo otra vez me quedé sin palabras.

—¿No te dije que te daría un anillo cuando nos viéramos?— Me miró la mano y después el anillo, sonriendo.

—¿Q-Qué?

A pesar de que tenía sentido, y con frecuencia tenía esos pensamientos, aun no quería creer que él había sido la persona por la que me había enamorado. Dos veces.

—Hace cuatro meses hice una cuenta en Instagram. Me llamé a mí mismo Rey del dabbing. Te envié un mensaje de texto. Y me enamoré de ti.

—Estás mintiendo.

—No, no lo estoy haciendo.

—¿Por qué engañas a alguien?

—Para ser sincero al principio, solo quería saber qué les gustaba a mis fans, por temor a perder suscriptores, quería saber qué querían ver. Era egoísta. También quería que la gente me conociera como la persona que soy y no como Felix el Youtuber. Pero para ser honesto, al conocerte, no pude seguir mintiendo. Porque solo quería conocerte, verte, una y otra vez— me respondió, mirándome suplicante. —Ese día en el centro comercial no fui a comprar comida para perros. Sabía que estarías allí y entré como en todas las tiendas hasta que te encontré, porque no aguantaba no verte.

Soltó mi cara y sacó su teléfono de su bolsillo. Luego lo desbloqueó y me mostro su fondo de pantalla. Tragé saliva. Era la selfie que se tomó conmigo aquel día.

Luego abrió Instagram y me mostro su perfil.

Era el perfil de King-of-dabbing.

—¿Nunca pensaste que era yo?— me preguntó cuándo no respondí nada.

—Yo... lo hice, a veces. Cuando te comportabas de manera extraña. Pero... pero no quería hacerme ilusiones de nada. Yo... pensé... que no podía ser verdad...— murmuré.

—Lamento haber mentido. Realmente lo lamento. Por favor, perdóname, debí habértelo dicho antes— Al notar que los ojos de Felix comenzaban a hacerse cristalinos comence a llorar. Cuando la primera lágrima rodó por mis mejillas, me miró preocupado por todo lo que había hecho mal.

—¿Estás bien? ¿Por qué estás llorando?— me preguntó, tomando nuevamente mi mano. No podía describir lo que sentías...

De alguna manera era la persona más feliz en la tierra. La persona de la que me había enamorado era una persona que ya amaba. Y está vez parece que yo también le gustaba.

Pero, por otro lado, Fe, esa persona que pretendía ser, de quien me enamoré, era una mentira. No existía.

Pero aun así, ¿Fe era solo Felix, no? ¿No estaba él sentado a mi lado? ¿Tomando mi mano? Fe existió, porque era Felix. Así que no era mentira. Podía sentir su mano sosteniendo la mía.

—Estoy... solo... me cuesta creerlo...— admití, riendo un poco entre lágrimas.

—Entonces... ¿No te gusto?— Felix de repente parecía asustado, provocando que me riera aún más.

—¡No! Ya sabes... cuánto me gustas...

—¿Entonces por qué lloras?— me preguntó.

—Ni siquiera yo lo sé.

—No me gusta verte llorar— lo escucché decir.

—¿Puedes abrazarme otra vez?

Y así, una vez más, sin decir una palabra, me acercó más y me abrazó con fuerza. No le importaba que le mojara la camisa. Todo lo que importaba era que en realidad me estaba sosteniendo en sus brazos, finalmente.

Al ser abrazada por él, sus fuertes brazos a mi alrededor, se sentía como la cosa más reconfortante del mundo. Como un lugar que nunca quise dejar. Un hogar donde estaba protegida, cálida y sintiéndome bien.

Entonces me diste cuenta, esas lágrimas eran lágrimas de felicidad.

Estaba feliz.

Porque se sentía tan bien, así que solo me quedé así, sin querer que ese momento se terminase jamás. El amor que había sentido antes era como el fuego de una pequeña vela. En realidad, dos velas. Una para Felix y otra para Fe. Pero cuando ambas velas se combinaron, el fuego se extendió como un incendio forestal, quemando todo hasta que lo único que existía era el fuego mismo.

El amor que sentía por Fe, que al final eran Fe y Felix, dos personas que amaba siendo realmente una, no era nada comparado con lo que estaba sintiendo ahora.

Amaba a Lee Felix.

Siempre lo había amado como un ídolo, alguien a quien admiraba.

Pero ahora que sabía cómo era en realidad, después de conocerlo como Fe, ese amor era indescriptible. Nadie podía ponerlo en palabras. Pero en realidad no había necesidad de hacer eso.

Porque sabía lo mucho que lo amaba, y él me amaba a mi.

Instagram × Felix | Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora