Destrucción

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James

Estoy nervioso, preocupado y ansioso.

Carlos entró hace poco a la oficina del profesor, no me preocuparía normalmente, no es raro que lo llamen los profesores para hablar de su comportamiento o de su rendimiento... pero.. el problema es con QUIÉN entro.

Ahora, estoy afuera como vil león enjaulado, dando vueltas de un lado al otro sin poder estar quieto, además, mi compañía es la mejor de todo el universo.

Fernanda

-Como te odio...- le escupo en su cara, no literalmente, solo... las palabras...

-No es como si yo te amara- ella, con su perfecto y sedoso cabello negro, se encuentra sentada en las sillas que se encuentran justo afuera de la oficina, tranquilamente pasa una y otra vez una lima sobre sus uñas, sabe perfectamente que Catalina nunca buscaría a mi bebé simplemente por saludar y aún así la trajo a la escuela.

-¿Qué hacen aquí? Catalina ya no tiene absolutamente nada que ver en la escuela desde la muerte de Damián y tú, por dios Fernanda, tienes veinte años, ni siquiera deberías de estar aquí- mi tono de voz cambia cuando estoy frente a ella, se vuelve agresivo y rasposo, pero no puedo controlarme por el simple hecho de ser ella.

-Escúchame bien, mocoso- Fernanda pronuncia con una voz hostil, casi gutural- Tú eres el que menos tiene derecho a opinar en este asunto, me importa muy poco si eres el mejor amigo de ese... ese... robanovios, tú no eres nadie en este asunto- Después de sus palabras el silencio que nos rodeó era gélido, el ambiente había cambiado y cada uno habíamos volteado a otra dirección sin palabras.

Pasaron unos minutos, tal vez segundos, pero con ella una hora parecía una eternidad.

Decidí hablar.

-No importa si no tengo nada que ver, quiero proteger a mi amigo, a mi hermano, no quiero que tú ni nadie le haga daño- Mi tono de voz sorprendentemente se vuelve dulce hacía ella- Ahora dime... ¿porqué Catalina quiere ver a Carlos y qué sabes de él y Damián?-

-¿Porqué debería de decirte?- Me molesta su forma de ser...

Suspiro

-Mira, no sé qué pasó entre Carlos y tú para que se lleven tan mal...- Aunque dudo mucho que Carlos le haya hecho algo - pero... yo no te he hecho nada, solo protejo a mi mejor amigo, así que... si de algo te sirve... te doy mi palabra- Estiro mi mano para que Fernanda la estrechara, aunque ella parece no comprender, además, no es como si yo me hubiera explicado perfectamente.

-¿Estás hablando de hacer una tregua?- Ella se pone a la defensiva, sus músculos se tensan y si me dieran a describir sobre cómo se ve, diría que parece una pequeña pantera negra, es delgada, con uñas largas y pelo negro... así que le quedaría muy bien.

-Algo parecido, mira, no es como si te estuviera obli-

-Acepto- Fue más rápido de lo que pensé-, te contaré porqué está Catalina aquí, aunque... no es muy agradable de oír.

Yo asiento, estoy preparado para cualquier cosa, quiero saberlo para proteger a mi amigo.

-Catalina está aquí porque... emm... - Deja de vacilar, mujer, hablas como si estuvieras en un programa de concursos.

-!¿CÓMO MURIÓ?¡- Oh no... Carlos...

Me volteo rápidamente hacia la oficina del profesor y estoy apunto de abrir la puerta hasta que escucho la voz de Catalina.

-¡¡ÉL SE SUICIDÓ!!- Mi corazón de sale de mi pecho, al igual que el aire, el tiempo se para pero me repongo rápidamente.

Si yo me puse así, no quiero imaginar a Carlos.

Entro a la oficina y la escena que mis ojos captan es un caos.

Carlos no está llorando, más bien... no reacciona, está muy pálido, mirando fijamente al escritorio, aunque dudo mucho que esté observándolo, se encuentra de rodillas parece un títere al que le acaban de cortar los hilos.

Catalina... ella está hecha un mar de lagrimas, sentada sobre la silla que se encuentra detrás del escritorio, sus sollozos... realmente son desgarradores.

Todo el ambiente en la habitación es horrible... es simplemente doloroso.

Me acerco lo más rápido que puedo a Carlos.

-Carlos... -No hay lágrimas, ni siquiera señales de vida- Por favor Carlos, háblame...-

-¡SACA A ESE MALDITO BASTARDO DE MI VISTA!- Volteó hacia Catalina, mi odio hacia ella crece, pero no tengo ganas de pelear con ella, solo me preocupa mucho Carlos.

Fernanda se quedó fuera de la oficina pero observa la escena desde la puerta, está sorprendida, puedo notarlo, ninguno de los dos sabe qué es lo que exactamente sucedió mientras estaban solos.

Aunque yo me hago una leve idea.

Cargo a Carlos y me dirijo hacia la enfermería, antes de salir me posiciono a lado de Fernanda.

-Por esta situación no quería que Carlos se le acercara de nuevo a Catalina-

Cuando salgo, muchas personas nos están viendo, más bien... a Carlos.

Aunque él piense que no es relevante en la vida de los demás, esto demuestra lo mucho que le importa a los demás.

Miradas de preocupación.

Uno que otro murmullo de miedo.

Suspiros de sorpresa.

Y uno que otro "¿Te ayudo?" de algún chico.

-Eres realmente sorprendente Carlos...-
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N. Del A.

¡Hola!
Supongo que esto es mi regreso :3
Espero que sigan apoyando la historia y no teman de comentar, toda crítica es buena ❤️

Perdón por actualizar casi un año después pero la historia ya no tenía visitas.

Aún así, los que siguen leyendo, muchísimas gracias, los amo ❤️

Dedicado a Arantza_GhostGirl por hacer que quisiera publicar de nuevo aunque sea solo para un lector :3

Enamorado De Un Recuerdo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora