Estigma

Capítulo 1

Había una vez un pequeño reino escondido

Un reino con un solo habitante

Un pequeño lagarto que se escondía entre los arbustos se llamaba así misma la reina.

Desde pequeña jamás hizo amigos, porque solían apartarla debido a su extraña apariencia

No era rápida como los demás lagartos.

No tenía tantas arrugas como sus hermanos.

Sus patas parecían aletas.

Su mandíbula se asemejaba a dos duras rocas las cuales aterraban a los demás.

Por eso mismo se ocultó y creo a su reino.

Un día un extraño viajero encontró el pequeño reino

Llevaba su brillante escudo.

Botas largas y grandes brazos.

La reina al ver algo tan poco habitual quedo perdidamente enamorada de aquel extraño hombre.

El viajero observo a los demás lagartos y se preguntó sobre la exótica apariencia de la reina.

Tiempo después el viajero convenció a la reina de salir de su reino.

Ella estaba perdidamente enamorada entonces accedió.

La luz del sol quemo su frágil piel que había sido ocultada por tanto tiempo, gracias a esto arrugas comenzaron a salir por su cuerpo a excepción de su cara y aletas.

Los demás lagartos quedaron petrificados por el cuerpo de la reina, sentían tanto asco que decidieron capturarla.

Ella y el viajero escaparon.

Ambos se alejaron hasta llegar a orillas del mar

Antes de que el agua tocara sus pies una flecha atravesó el pecho del viajero

La reina lloro

Tomo su escudo y se hundió en lo más profundo del mar para intentar estar con él en otra vida.

Sin embargo se dio cuenta que no podía ahogarse.

Al haber perdido su reino cubrió con el escudo del viajero su cuerpo desnudo.

Y divagó por el océano con su nuevo hogar en su espalda

Representando así que cargaría toda la vida con la muerte de su amado.

Una hechicera conmovida por la reina la multiplicó para que no tuviera un recorrido solitario

Entonces la reina vivió feliz por un tiempo pero jamás olvido a su único amor a pesar de vivir aventuras con sus réplicas.

Así es como mi mama dice de donde vienen las tortugas

23:59 pm

-Belle, cariño... Ya es tarde- Escucho la voz de mi madre al otro lado de la puerta e inmediatamente finjo estar dormida, entonces, escucho la puerta abrirse- Sé que estas despierta, soy tu madre y no puedes engañarme.