No hagas preguntas tontas,
cariño,
porque tu amor es confuso,
porque dejar a las cosas
a la suerte
ha sido siempre
nuestra respuesta,
porque aunque mire arriba,
esperando que el cielo
me dé una señal,
disfrutaremos
antes de que acabe
sin tratar de detener el fin.
Ambos sabemos
que lo inevitable
es imparable.