La guardiana del dragón de agua (Eldarya)

La maldición del libro prohibido(Parte 6)

Las semanas pasaron y los entrenamientos disminuyeron notablemente, la verdad, ahora no tengo tantas misiones y me aburría como una ostra. Ruth nunca me dejaba sola y sabia perfectamente la razón. Muchas veces, teníamos que parar la caminata, estaba realmente débil y era la principal culpable, gracias al ritual, su poder mágico disminuyo y ahora, algunas veces, me trasmitía su cansancio. 

Me encontraba en la biblioteca, Ruth estaba entre medio dormido, se veía algo cansado y realmente relajado, los rayos que sobrepasaban las ventanas, le daban un cierto calor satisfactorio. Decidí dejarlo descansar y mirar algunos libros, hace mucho, había visto escrituras bastante interesantes y por casualidades de la vida, muchas veces, no pude leerlos con detenimiento.

-Mejor tarde que nunca...-dije sonriendo y tomando unos tres libros, me senté y comencé a leer, pero a los segundos, escuche un pequeño crujido y no le tome mayor importancia. En un abrir y cerrar de ojos, sentí dos fuertes golpes en mi cabeza y molesta, me toque la parte adolorida-¿Q-Que?- 

Mire los objetos, una muñeca bastante mona y un libro color azul, celeste y manchas blancas. Me resultaba extraño que se hubieran caído, al sacar los anteriores textos, no observe ninguno en el borde y tampoco pude visualizar aquella muñequita. No recordaba temblores y al ojear un poco la portada, me encontrar la sorpresa que no tenia mucho, ni titulo ni una reseña en la parte trasera.

Abrí el libro, no había nada. Lo pase varias veces por mi rostro y lo observe, jugueteando con las paginas, por si había algún mensaje oculto, pero sorprendentemente, las palabras eran escritas por si solas, mientras mas rápido pasaba las paginas, el libro parecía recobrar vida y reescribirse. Cuando estaba completo, interesada y algo entusiasmada, comencé a leerlo con satisfacción y tranquilidad.

Al terminarlo, lo cerré con delicadeza y al bajar mi mano, una frase se reescribió en ese instante "Alterado fue el destino" Un escalofrió recorrió mi espalda y con un sentimiento extraño, lo devolví a su lugar, el que no estaba segura donde pertenecía, lo deje en algún sitio cualquiera, con la esperanza, que nadie se diera cuenta. 

Desperté a Ruth, quien me miro con extrañeza y por todo el camino, comenzó un cuestionario. No sabia que responderle, porque ni yo sabia las respuestas mas sinceras o correctas, tal vez el sueño había hecho de las suyas, solo quedo dormir. 

-¿No iras a comer?-pregunto sorprendido, negué rápidamente, sonriendo para tranquilizarlo- ¿Te sientes bien? No noto nada extraño en tu salud ¿Sera un producto del ritual?-

-Es lo mas probable, lo siento...-pause y lo abrace, la frase se reprodujo en mi mente-...Te dejare almorzando solo...-

-Ni lo pienses, puedes estar cansada pero le diré a Karuto que prepare algo para ti, para subir tu animo, solo relájate...-dicho esto, se fue dejándome confundida ¿Subir mi animo? ¿Acaso...Estaba desanimada? Pero, no me sentía de tal manera. Con las ideas enredadas, camine lentamente a mi cuarto y abrace mi almohada, algo pensativa.

Escuche la puerta y me gire rápidamente, Ruth me regalo una sonrisa y dejo la comida a los pies de la cama, cuando intento mirarme, desvié de inmediato aquel contacto. 

-¿Por que intentas ocultar lo inevitable? ¿Por que tienes esa frase rondando tu cabeza? ¿Que pasa realmente, Alma? Desde que dejamos la biblioteca, te noto realmente extraña, puede que este débil pero aun así, puedo ayudarte-dicho esto, negué rápidamente con la cabeza, baje la vista y me levanto el rostro con sus manos, le mire directamente a los ojos, sonrojada y nerviosa, trataba de no pensar demasiado ¡Esta era la desventaja de estar atada tanto sentimental, espiritual y físicamente con una persona del sexo opuesto!- Tus ojos, pierden color...-

-¿Q-Que?-dije impresionada, solo al escucharlo decir esas palabras, me sentí realmente destrozada ¿Pierden color? ¿Están opacos? Me mordí los labios y me levante, sentí su mano en mi brazo y lo tomo con firmeza-¿Que haces?-

-¡MEREZCO UNA EXPLICACIÓN!-grito y me zafe de su agarre, enojada ¿Que me estaba pasando? Estaba realmente enfurecida, pero... a la vez, no. Era como si mi cuerpo fuera controlado por otra persona, sentía las raíces rodear mi cuerpo; Mis brazos, piernas y cabeza, al otro lado, podía escuchar claramente la voz de un hombre, obligándome hablar y pronunciar sus mismas palabras, como si fuera un disco rayado que repite una y otra vez.  

-¡Déjame tranquila! No eres mas que un maldito crió ¿¡Que sabes tu!? ¡Solo te importa una maldita cosa! ¡ERES UN MALDITO IRRITANTE!-dicho esto, camine rápidamente a la puerta y saliendo, di un portazo. En mi oreja derecha, aquel hombre, me felicitaba por la actuación de recién y me había prometido una enseñanza en particular, que aprendería de el y que, como mi rango lo decía, lo mostraría con orgullo a través de mis técnicas, lo que era capaz, la guardiana del dragón de agua.

Me llevo a lo mas profundo del bosque y entre las ramas, abrí mis ojos tanto como podía, frente a mi, una ciudad se visualizaba entre las ramas y la neblina ¿Una ilusión? Pronto el hombre, se volvió visible y aterrorizada, trate de golpearlo con alguna técnica de Nevra o Valkyon, pero las ramas solo apretaron mi cuerpo. 

-Ahora solo me obedecerás...-dicho esto, le mire sorprendida y antes de protestar, me tapo la boca y clavo sus colmillos en mi cuello, un dolor casi indescriptible se produjo y mi cuerpo, perdió su fuerza, agradecía estar atada tan firmemente, me había salvado de caerme-Callada-

Me llevo casi a rastras y en el camino, perdida y algo desorientada, habían variadas personas pero eran pequeñas, pensaba que era parte del trance pero me equivocaba, me moví un poco y force mi vista. Volví a la realidad al fijarme en alguien en particular, era la muñequita que habia encontrado en la biblioteca, pero ahora mismo, caminaba y hablaba como si fuera una persona normal, por fin comprendí lo que sucedía, este tipo, convertía a las personas en muñecas preciosas, no había ningún hombre y me había fijado en los rasgos de cada una.

-(¡Son las desaparecidas!)-pensé rápidamente, recordando los carteles de búsqueda...