Hey! Estoy aquí

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Tres días después un omega entraba al hospital aun su cuerpo no se reponía, todavía tenia hematomas, rasguños y marcas de dedos al rededor de su cintura a causa del mal trato al que se vio sometido, había dejado de comer lo único que ingería era agua, su rutina iba del cuarto que retaba al hospital y bise versa el omega estaba muerto en vida y actuaba por instinto. El personal medico ya estaba al tanto de la situación del omega todos le miraban con lastima pero mas que eso le miraban con devoción y admiración ya quisieran ellos tener un amor así de fuerte como el de esos dos uno luchando por su vida y el otro le acompañaría hasta el final de sus días como la pareja destinada que eran.




Sin embargo, hoy era distinto todos sentían sus corazones bombear fuertemente todo dependía de cuanto podría soportar el pequeño chico y es que este solo paso rápidamente sin detenerse en ningún momento para preguntar por su alfa para el era mas importante llegar cuanto antes junto a él y por ello no pudieron prepararlo pero como ya conocían el estado deplorable que se encontraba la salud del joven lo único que hicieron fue sacar el equipo medico que tenían designado especialmente para ese caso.




Jimin subió tomo el ascensor pulsando el botón numero seis indicando el piso donde se ubicaba la habitación de su Kookie pero algo le indicaba que estaba mal desde muy temprano un fuerte y punzante dolor de cabeza  le estaba haciendo la vida de cuadritos pero su lobito estaba extraño ese día sabían que algo era diferente y eso  le daba miedo, para cuando las puertas de la caja metálica se abrieron a prisa salio de allí hacia su destino pero cuando giro la perilla esa maldita sensación de vació en su estomago regreso a su cuerpo claramente había entrado en shock, sus ojitos se cristalizaron pero no salían lagrimas estaba seco tampoco tenia fuerzas para mantenerse en pie por lo que cayo al suelo en medio de aquella habitación vacía y lista a la espera de su próximo paciente hospitalizado.




Estaba solo en posición fetal abrazando sus piernas tratando de protegerse, se sentía frágil, sus cuerpo temblaba ante el frió que calaba por su piel en busca de una sola cosa y eso era su corazón el frío buscaba apagar la ultima llama de esperanza que le quedaba. Su lobito hizo acto de presencia clamando por su alfa entre lloriqueos he hipidos pronto todo el lugar estaba inundado por el fuerte olor a tristeza mezclado con la soledad que le estaba consumiendo. Era tan inútil como no pudo estar allí como pudo dejarle solo pero claro eran las reglas del hospital no podía dormir dentro de este mas cuando estaba débil y no dejaba que le trataran, no quedándole de otra rento un pequeño cuartecito muy cerca del centro médico.




Esta perdido, su mente vagaba entre recuerdos bailando de los mas felices a los mas dolorosos no queriendo llamar la atención mordió ferozmente sus labios hasta sentir un sabor metálico, jalaba sus cabellos violentamente queriendo hacer desaparecer todos aquellos fantasmas que le estaban asechando.



No puedo mas con este dolor.

No puedo, perdonarme.

Te hice tanto daño.

El destino  parece burlarse.

Solo me utiliza como un experimento.

Gracias madre luna ◆𝓚𝓸𝓸𝓴𝓶𝓲𝓷 ◆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora