No lo admitiría jamás en voz alta, pero jamás era algo que le daba de por demás de vergüenza, bien que no era un tipo que le importara lo que los demás digan, pero vamos, que no sería gracioso escuchar a Isaac reírse de él de esa manera tan burlista que caracterizaba al rubio.
Pero aquí estaba, temblando y no precisamente de frío, bajo las mantas porque hubo un apagón en general, su padre estaba de guardia aquella noche, y su corazón latía con tanta fuerza que juraba que todos los seres sobrenaturales del pueblo lo oiría.
Se escuchó el crujir de la madera del cuarto, sintió el cuerpo convulsionar, agudizó el oído lamentándose de no ser un hombre lobo en estos momentos, desearía poder decirle si a Peter, por Dios que clase de persona le dice que no a tremenda sugerencia. Perfectamente escuchó como la hebilla de su pantalón que se encontraba en el piso era movida del sitio, y un gemido agudo salió de sus labios, el corazón latía en su pecho con dolor, mientras sentía que su garganta se cerraba. Sabia, sabia bien que si era Scott le hubiera gritado desde el primer piso,haciendo ruidos al pisar las escaleras y preguntando dónde estaba la linterna, porque si, su mejor amigo sabia de sus miedos, y siempre estaba ahí par él, pero ahora seguramente estaría acostado durmiendo junto a un niño cara bonita a su lado.
Su mente no se detenía, mientras que su ataque de ansiedad era cada vez más fuerte, o lo mataría el monstruo ola asfixia,y no sabia cual seria peor.
-Stiles -susurraron su nombre, y juró que había sacudido la cama completa cuando pegó aquel brincó que lo tiró contra la pared,mientras luchaba por mantenerse de bajo de las mantas.
-Stiles no está, Stiles se fue. -murmuraba a través de su nudo en la garganta, mientras inútilmente cambiaba por un tono ridículo de voz. -Si quieres le puedo dejar tu mensaje. -el sarcasmo era algo que no se le iría por más miedo que tuviera en aquellos momentos.
Una risa gruesa y profunda se escuchó resonar en la habitación, y se le hizo conocida, dejó de temblar por un momento, mientras los engranajes de su cabeza comenzaban a trabajar, ¿quién iría a su casa, a su habitación precisamente sin avisar, colándose de manera tan silenciosa y sutil? Respiro con profundidad,mientras se obligaba a sí mismo a destaparse de su escudo seguro. y Lo vio, aquellos ojos verdes que brillaban en medio de la oscuridad de manera majestuosa e hipnótica. Suspiro, dejando su alma en el suelo,dejando que alivio volviera a su cuerpo,mojando los labios resecos.
-Imbécil- susurro, sabiendo perfectamente que el contrario le escucharía, y lo supo cuando una poblada ceja se levanto. -Bueno, te has colado en mi habitación, ¿sabes el susto que me lleve? -de manera indignada y para nada dramática le cuestiono al chico que tenia parado enfrente de él.
-¿Y quién dijo que debías confiar en mi? -una sonrisa altiva se formó en sus labios, dejando ver sus dientes, y como sus colmillos lentamente crecían.
A Stiles se le acelero nuevamente el corazón, y maldijo en su mente, porque estaba seguro que moriría de un paro cardíaco. Miro hacia a la ventana inconscientemente, y vio allí la luna llena, pero era imposible, Derek sabía controlarse así mismo, tendría que hacerlo.
-¿Te encuentras bien? -pregunto mientras veía como se acercaba aquel musculoso cuerpo, hasta el punto de subirse a su cama, a Stiles se le fue el aliento cuando Derek humedeció sus labios.
-Tengo hambre. -susurró en respuesta, con la voz ronca y con la suavidad de una brisa.
-Que....que dientes tan grandes...-quería golpearse, contra la pared si fuera necesario, así de esa manera dejaría de ser tan estúpido, pero le desconcertó, que Derek le sonriera, y que no se detuviera, porque tenia su rostro a pulgadas del propio, podía oler a Derek, a tierra mojada, a madera, a pasto cortado, a lluvia y café. Dios sentía su aliento mezclarse mutuamente y quería acortar la distancia, y se encontró a sí mismo cerrando los ojos, ladeando el rostro en espera por lo que fuera a acontecer.
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De noche
FanfictionStiles de pequeño era alguien que temía la oscuridad, especialmente cuando se cortaba la luz en su casa, y debía quedarse solo porque su padre tenía guardia de noche.