Desde la oscuridad de mi cama
Se está apagando el silencio,
Poco a poco, el aliento se adentra en mi pecho,
Parece que respiro.
¿Seguro que es bueno?En mis manos, ahora hay mordazas,
En mi garganta, la saliva ahoga la tela de araña.
Dios apuñala a sus siervas de la noche,
Ha encontrado a otras cuya risa suena menos falsa.¿Pero que pasaría
Si alguna hija de esclava sobreviviera por el ansia de venganza?