El fantasma no abandona la casa

24 7 0
                                    

Una lluvia sobre su figura de harapos y huesos,
No podía ni con su propio reflejo,
El aire le daba miedo, tocaba su
Silueta ante el espejo, se refugiaba
En su propio cuerpo pero, no lo quería.

Quería llorar pero no podía,
dolía ver el regreso del fantasma que, hacía tiempo,
Había rondado su casa, rompiendo cuadros
Y recuerdos, cambiando las risas por
Gritos de una lucha sangrienta que
Diluía en un vaso de agua.

Un fantasma que se había convertido en monstruo que
Se alimentaba de las rosas que nacían en su pecho.
La marchitaba, se moría.
Ella se aferraba como si fuese el que le fuese a dar
Su último aliento de vida.
Estaba ciega, no veía que era quien se lo arrebataría.

JouksaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora