Mi niño ( Tomarry/Harrymort )

1| Primer Encuentro.

Las suaves gotas de lluvias resbalaban por su rostro, confundiendose con las lágrimas que brotaban de sus ojitos, Harry tenía miedo, Harry tenía frío.

Llevó sus piernas a su pecho y Sollozó bajito, mientras apegaba más su espalda al contenedor de basura, el cual lo cubría un poco de la fría lluvia.

Su estómago gruñó y sintió sus párpados pesar, sus hombros temblaron un poco y su garganta ardía y dolía por el llanto. Tenía sed y hambre, pero solo le quedaba esperar.

A lo lejos logró escuchar un par de pasos, Harry agachó más su cabeza, talvez podía hacerse pasar por una bolsa de basura.

Las voces se escuchaban más y más cerca, junto con pasos suaves y decididos.

— Te juro que escuché algo, Tom.— Murmuró una voz suave y grave.

— Para la próxima entonces ven tú solo y no me arrastres contigo.— Murmuró una afilada voz.

Un pequeño sollozo escapó de sus labios, escondió más su rostro en sus piernas con la respiración agitada.

— ¿ Lo escuchaste ?, Te dije que aquí había algo.— Murmuró la misma voz.

Harry quiso quedarse quieto y en silencio, de verdad que lo quiso, pero su cuerpo protestó empezando a temblar con fuerza y suaves gemidos de dolor salieron de sus labios.

Se inclinó y un líquido subió por su garganta, apoyó sus manos en el suelo, dejando salir lo poco que había logrado comer en el día.

— Es un niño.— Escuchó el murmullo, mientras finos zapatos de cuero lustrado se pararon a su lado, mientras Harry seguía sacando lo poco que aún contenía su estómago.

— Ese maldito mocoso está vomitando en mi piso.— Murmuró otra voz.

— Está enfermo, hay que llamar a una ambulancia.— Riddle se acercó al niño que temblaba cómo una hoja.

El pequeño ovillo levantó la cabeza, mirando a los ojos al hombre, el cual frunció el ceño.

Verde y celeste chocaron y lucharon con energía.

— No te demores.— Severus asintió y caminó con rapidez al interior de la casa.

Riddle se agachó frente al niño, mirándolo fijamente y con intensidad.

— ¿ Cómo te llamas, chico ?.— Harry tembló un poco, bajando la vista.

— H-harry.— Murmuró con voz débil y sofocada.

Riddle se acercó y tomó al pequeño niño, cargándolo sobre su hombro y esquivando el charco de vómito.

— ¿ Que hacías en mi basurero, Harry ?.— El pequeño azabache apartó la vista, aferrándose a la suave y cálida camisa que poseía el extraño.

Harry quería responder, pero no encontró su voz, un pequeño sollozo abandonó sus labios apretándose más contra el cuerpo del hombre.

Más pronto de lo que se creía las sirenas de la ambulancia se hicieron escuchar, acercándose cada vez más, Harry cerró los ojos con fuerza. Él no quería ir a la cárcel, él no había hecho nada malo, Harry era un niño bueno.

Pronto ya no pudo sostener sus párpados, dejando de temblar y de sollozar.

Pesados movimientos de pestañas, sintiendo cómo lo alejaban del cálido hombre de lindos ojos azules. Harry se aferró con todas sus fuerzas al azabache, pero fué rápidamente soltado.

— Tranquilo chico, ellos no te harán daño.-—Harry miró con ojos entrecerrados al cálido hombre.

— ¿ Lo Prometes ?.-—Susurró con un hilo de voz.

— Lo prometo, chico.— Sus ojos finalmente se cerraron, escuchando sirenas y voces, movimientos y máquinas.