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Siempre he pensado en que algún día cualquiera en el que saliera a la calle o simplemente me encontraría ahí pasando el rato, me sucedería algo interesante como para contarles a mis nietos cuando ya me encuentre en mis años.

Así como que un señora se me acercara y me dijera que es mi hermana pérdida y me ha estado buscando hace más de doce años, o tal vez que me encuentre sentado al lado de la ventana de mi heladería preferida y aparezca un tipo de ojos azules con un cuerpo de infarto y mirada profunda, luego se acercaría a mi mesa y me dijera algo así, ¿cómo te llamas hermosura? para despues subir a su Harley Davidson.Y tal vez, sólo tal vez, tener una loca aventura alrededor del mundo.

Pero vamos, soñar no cuesta nada, y más si es en grande. Hasta el anhelo más loco podría volverse realidad.

-Vuelve a tierra, se te está regando el café-. Dijo alguien atrás mío haciéndome sobresaltar un poco.

-Si lo sabía, Niall, por favor ¿Qué tonto no se daría cuenta de que se le está regando el café?-. Le pregunté mientras agarraba unas cuantas servilletas para secar aquel desastre.

-Uh, no sé. Tal vez alguien como ¡tú!-. Dijo mi compañero de trabajo y fiel amigo de toda la vida.

-¡Esa boca, Horan!-. Dije señalando a su dirección .

Me había olvidado que aún traía las servilletas mojadas en mi mano derecha así que estas salieron volando hacía su rostro, mojando por completo su cara y parte de su uniforme. Exploté en carcajadas, bueno no tan literal.

-¡Esa mano, Tomlinson!-. Dijo él uniéndose a mi risa.

Habían muy pocos clientes a decir verdad, unos dos empresarios tomaban un café americano cada uno, justo a dos mesas más adelante ellos se encontraban dos parejas de adolescentes. Ninguno de los clientes nos tomó en cuenta.

-Eso sonó sucio, Niall.

-Tú eres el sucio-. Dijo él mientras movía la cabeza en signo de desaprobación.

-¿Yo? ya quisieras-. Dije dándole un codazo.

Se escuchó la campanilla de la puerta anunciando la llegada de alguien en la cafetería. Una chica rubia un tanto...bueno no tan santa, y Niall no hizo más que poner los ojos en blanco en señal de sorpresa.

-Buenas tardes, bienvenida a BigMoon ¿que desea esta linda dama?- dijo Niall, el chico más codiciado de Mullingar, o así es como la mamá de él le dice.

-Bueno quiero un té helado y tu número, guapo. Hace mucho que no nos vemos, Niall. Tal vez es el destino-. Dijo guiñando le un ojo.

Observé un más detenidamente y me fijé que era la ex novia de su papá. No era tan chica de todas formas.

Menuda suerte la de mi amigo.

-Eh...eh si...su-su pedido estará de inmediato y...n-no...no tengo número celular-. Diijo el castaño tropezando con sus palabras, para luego venir corriendo hacía mi.

-Oh por Dios ¿vistes eso? No, no, no, odiaba a esa señora siempre se me insuinaba ¡no voy a poder dormir hoy! ¿por qué me pasa esto a mi?-.

-No lo sé preguntale a tu damisela que te está esperando allá, oh y si, si vi eso, creo que tiene más botox en el rostro de lo que tú lo tienes de suerte-. Dije sonriendo dulcemente.

-¡Cállate! Y prepara el té helado para...ese humano de ahí-.

-Más respeto a tu ex-madrastra-. Dije para hacerlo cabrearse más.

Entre risas empecé a prepar lo que pidió la señora.

Gran suerte que tiene ese chico, de verdad. Con esta ya va siendo la segunda vez que le sucede, él si que tendra historias para contarle a sus nietos.

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⏰ Última actualización: Dec 31, 2017 ⏰

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