1
-Buenos días padre.
-...
-ya me iré, hoy hay pruebas en el puerto, voy algo tarde.Mi padre, Anthon, quien perdió la lengua en prisión sólo se limita a miradas de desaprobación, me gesticula que debo desayunar.
-No tengo tiempo, hablamos luego.
Nathan era un chico alto y fuerte, con una mirada penetrante, de caracter calmado y sereno, pero explosivo como la dinamita, solo quería enlistarse en las fuerzas marinas para acabar con los SubAcuáticos, humanos (si se les puede llamar así) que vivían bajo la superficie marina, vivían en guerra desde hace siglos, nadie sabe porqué...pero tal era el odio entre ellos, que ambos bandos solo se entrenaban para matarse uno al otro.
Mi padre veía esta guerra absurda y no quería que su hijo participara en ella, pero yo quería venganza, ya que una de estas criaturas se llevó a mi madre y nunca más la volví a ver.
2
Una vez llegado al puerto, me dirijo al "Intercontinental", un enorme buque de guerra, se dice que ha sido el único barco que ah ido al triángulo de las Bermudas y regresado con toda su tripulación,
Al subir a la cubierta encuentra una multitud de jóvenes buscando un lugar en tal imponente buque, luego de dos horas de larga fila, al llegar a el puesto de inscripción y llenar el formulario, y de muchas preguntas... al fin los reunieron a todos en un semicírculo.- Buen día parásitos..- Gritó un hombre fuerte, de piel morena, ojos claros como la miel y una cicatriz que recorria desde su antebrazo hasta la oreja, llevaba puesto un uniforme blanco, con muchas medallas en su pecho, desprendía un aura de honor y prepotencia a su paso.
-Espero que hayan dormido muy bien esta noche porque éste día sera el peor de sus vidas...los haré sufrir hasta que papi y mami los vengan a buscar por partes y así no tendrán mas ganas de volver aquí y no me importa si son niños o niñas, ambos deben trabajar por igual para ganarse uno de los 100 puestos en el Intercontinental; así que preparense porque no les bastará lo que les enseñaron en la Academia.
La tensión se notaba en el ambiente, ya que todos sabíamos que de los 1000 jóvenes presentes, sólo 100 entrarían.
Luego de aquella charla "motivacional", nos llevaron a diferentes muelles dónde empezarían las pruebas, para así dividirnos en 10 grupos, conformados por 100 aspirantes, aunque lastimosamente al final solo serían 10 finalistas por cada uno.
Empezamos con pruebas de resistencia, que consiste en nadar de un punto a otro mientras un juez toma el tiempo. Mi mejor amigo - Frank - es el primero en ir y no pude ocultar mi sorpresa, pues desconocía que pertenece a mi grupo, hasta que lo pude ver en el agua. Fue muy rápido, ya que nadó 200 metros en solo un minuto y cincuenta y dos segundos. Lo miré impresionado, ¿Cómo podía competir con semejante récord?
Después de tanta espera, llegó mi turno, sería el número 74. Las palmas de mis manos sudaban y mi corazón palpitaba con tanta fuerza que podía escucharlo, nublando mis sentidos al oír mi llamado.Me arroje al agua y empecé a brazear, una mano delante de otro, no llevaba cuenta del tiempo, parecía algo eterno.
Cuando iba de regreso sólo pensaba en llegar, quería saber mi tiempo...llegué y sentí un alivio enorme, esperaba que me dijeran el tiempo... hice 1 minuto y 54 segundos, solo dos más que Frank...que me miro con una sonrisa de aprobación, ese rubio alto era la persona con mejor enfoque que había conocido, cuando se planteaba una meta no había nada que lo detuviera.
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Cuando El Mar Te Tenga {en proceso}
Ciencia FicciónDos mundos distintos, dos reinos separados por la guerra, secretos que están a punto de salir a la superficie...