Día 1

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GogoYami (libre)


Lo había decidido. Se le declararía a Yamikumo.

Lo amaba desde la infancia. No dejaría que se le escapará de las manos, como que se llama Gogo lo haría.

Y por fin estarían juntos.

No se andaría con muchos rodeos, sería directo y firme.

Observó que su querido Yami-kun estaba sentado en su lugar, con la mirada bien puesta en su libro sostenido en sus manos.

Se acercó con una gran sonrisa a donde estaba, lo abrazó por la espalda asegurándose de estrujarlo bien, hundió su rostro en el cuello ajeno.

- ¡Gogo! ¡Me asustaste!
- Lo siento Yami-kun
- ¿Qué sucede?

El cenizo se alejó de su amigo, lo miró a los ojos mostrándole una gran sonrisa.

- Yamikumo ¡Me gustas!

Silencio.

- Tu también me gustas Gogo

¿Y está rosa?

¿Había escuchado bien?
Su Yami-kun también lo quería.

- ¡¿Enserio?!
- Si, por eso eres mi mejor amigo

Auch.

¿Habían escuchado ese ruido?
Si, había sido el sonido de su corazón romperse.

                           . . .

Bien.
Tal vez no había salido como lo planeó.

¿Qué había hecho mal?

¿Fue demasiado directo?

¡¿Porque Yami?!¡¿Porque?!

Pero no se rendirá. Así su amigo lo friendzone una y otra vez lo intentará.

Se había prometido conseguir que ese bello chico fuera suyo.

Y como ya lo había dicho.
Como que se llamaba Gogo lo iba a conseguir carajo.

Lo intentaría de nuevo.
Más bien, lo intentaría cuantas veces hicieran falta.

Todo por él.

- Yami, ¡Me gustas!

Grito delante de toda la clase 1-A sin vergüenza o titubeo alguno.

-¿Eh? ¿Gracias?

La cara de Gogo era un poema, era la segunda vez que lo rechazaba, aunque aún tenía un as bajo la manga, sin duda alguna Yamikumo sería su pareja, sólo esperaría otra oportunidad, ahora ni porque ya había tenido suficiente con las miradas de toda la clase sobre él acerca de la declaración que todos habían entendido exceptuando la persona a la que iba dirigida.

Más tarde las mismas palabras que había dicho en dos ocasiones diferentes se volvieron a repetir, estando solos nuevamente.

-Yami ¡Me gustas!

-Gogo-kun, ya me lo habías dicho. Sabes que a mi también me gustas como amigo

- A no Yami, a mi me gustas para comer esa boquita tan linda que tienes

-¿Ah?

La cara de Yamikumo estaba roja como un tomate, que lo hacía ver malditamente adorable.

-Tambien me gustas para ir de la mano y nunca soltarla, para que estés todo el tiempo conmigo, para que seas mi pareja Yami ¿Aceptarias?

-¡Gogo! ¡Deja de decir cosas raras! Eres mi mejor amigo

.
.
.

Todo se derrumbó, dentro de él, dentro de él.

KATSUDEKUWEEK 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora