Día 4

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A.U
Sin quirk.

Odiaba los días de lluvia, y más aún cuando lo atrapaba camino a su hogar.

Se tuvo que detener en una cafetería, esperando a que la lluvia no durará demasiado.

Al abrir la puerta, su nariz se impregno por un dulce olor a café y galletas.
También sintió un agradable calor topar contra su rostro y todo su cuerpo.

Se sentó en una de las mesas del fondo, junto a una ventana que tenía una buena vista a la calle.

Decidió mirar la ventana mientras esperaba, total, ¿qué más podía hacer?, no tenia más que hacer o con lo que entretenerse, su celular  estaba descargado.

Mientras, un joven peliverde, de ojos cual esmeraldas y constelaciones en las mejillas, se acercaba con un delantal, una libreta y pluma a la mesa del joven cenizo.

- Disculpe, ¿Puedo tomar su orden?

Alejó la vista de la ventana para ver a quien le pertenecía esa dulce y a la vez chillante voz.

Pues ante sus ojos si, había un joven bastante tierno y adorable, pero también uno que parecía nerd.

- Sólo un café sencillo

El peliverde anotó en su libreta, para luego darle una sonrisa, una malditamente linda.

- En un segundo

Y se fue,

Lo siguió con la mirada, tenía curiosidad por ese chico de cabellera verde, la cual le recordaba o a un arbusto o a un brócoli.

Después de unos minutos su orden había salido, el joven se acercaba cada vez más, hasta que tropezó con un pedazo de madera que sobresalía del suelo, casi cayendo, pero logró mantenerse en pie, derramando un poco de café en la bandeja.

Su expresión de sorpresa y susto valía oro.

"Torpe" "Deku".

Pensaba mientras sostenía en su rostro una sonrisa ladina.

-  Lo siento mucho, se derramó un poco

Dijo el joven de constelaciones en las mejillas mientras con una servilleta limpiaba el líquido que caía por la taza.

- Típico de un Deku

Dijo con sorna y malicia el joven de ojos escarlata.

- ¿Eh? ¿Disculpe?

Contestó algo desubicado el menor.

- Te disculpo DEKU

Mientras decía aquello hizo especial énfasis en el apodo.

- Me llamó Midoriya Izuku

¿Midoriya Izuku Eh? No estaba mal.

Un nombre digno de un ser tan adorable como él.

Pero le venía más Deku.

- Te queda mejor Deku

El peliverde le contesto con un ligero y adorable puchero.

Era como un angelito.

Se dio media vuelta y se alejó.

Él continuó con lo suyo, tomando su café mientras el peliverde seguía de un lado a otro por toda la cafetería.

Al acabar su taza de café, se levantó dejando el dinero en la mesa a un lado de la taza. El menor al darse cuenta fue directo a donde estaba el cenizo.

KATSUDEKUWEEK 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora