Capítulo 1 - Parte 2 "Último mandato de un superior"

25 0 0
                                    

Una estela centellante se creaba distancia entre nosotros sin importa lo ágil y veloz que fuera entre los árboles, siempre fue superior a mi en cualquier aspecto. Solo soy valorado por mi sangre, mi maldita sangre de la que soy un portador, o un recipiente. 

Helphis aferrándose a mis hombros para lograr mantenerse en la persecución advirtió de la niebla, estaba acercándose a Branstor por el franco izquierdo sigilosamente, su azulada estela era incrédula ante lo que este infierno le deparaba. Alterado por el terrible peligro que corría mi mentor, me arriesgué en una jugada, me impulsé en una gruesa rama húmeda de la que a duras penas podía sostenerme; enviando señales áuricas en instantes previos de tomarla, pude lograrlo y llegar a metros sobre el suelo; logré recortar distancia entre él y yo.

-¡Helphis activa el Eclipsus, debemos de detenerlo antes de que logre tocarlo! -ordené alzándola con mi brazo más allá de mi cabeza para que se situará en el radio de proyección.

Helphis apoyada con los recursos luminiscentes y áuricos actuó como un prisma, expulsando de su cuerpo una potente ráfaga cegadora en un área, era increíblemente efectivo, pero la energía consumida durante el proceso era preocupante siendo sólo posible un total de dos ráfagas en su arsenal que lamentablemente ninguno, a pesar del extenso rango, dio contra el ente.

Aterrizando con una voltereta retome mi apresurado paso logrando ya percibir su tenaz silueta danzar entre los naturales obstáculos que opacaban mi vista sin cesar. Tan cerca pero tan lejos, aquella sensación me frustraba, a pesar de que aumentara mi velocidad dando todo lo que podía dar, él seguía alejándose de mí, no tardamos en entrar a un claro en donde tuve una oportunidad única de llamar su atención.

-¡Branstor! -grité a todo pulmón mientras disparaba un proyectil al cielo.

Glorioso fue el instante que dio la oportunidad de atender al escandaloso llamado a su nombre girando confuso detrás suya. La impresión lo tumbó rodando varias veces, por encima suya, el acosador espectro, oculto por su manto aterrizó en el pecho de él, presionando su pecho fuerte con la mano de Branstor, provocando un vinotinto vinculo de translación de esencia entre su espectral cuerpo y su mano.

Al acercarme para enfrentarlo, se limitó a voltear a verme y huir sin pesar dejando detrás suya un pequeño cristal que explotó emitiendo por un instante un agudo sonido que continuó resonando en mis tímpanos, que promovió la revelación de nuestra posición para los bípedos merodeadores quienes rondaban entre las plantas, camuflándose.

Arrodillándome cerca a su tensada y pasmada mano, su pecho era maltratado por una discordancia entre su aura pura y el aura corrupta tratando de adentrarse, no estaba en condiciones para sostener un combate, era dócil. Las cadenas emocionales me ataban a él como para no abandonarlo. Dependía de mí encargarme de la situación.

De entre las fauces de la vegetación saltó gruñendo una de esas bestias portante de un físico pavoroso destacado por un malogrado pelaje marrón café que al andar amenazante era notorio el crujir de sus extremidades, era uno de edad muy avanzada o en otras palabras, una sencilla víctima. 

Fue así como sin dudar arremetí malhumorado contra él, tumbándolo en el acto, golpeando salvaje su tórax donde se situaba aquella esfera sin posibilidad de defenderse. Más desgarradores fueron los aullidos cuando destrozaba su esfera que con cualquier zona distinta del cuerpo.

Helphis extrajo el cuchillo de la vestimenta del caído aliado y me la otorgó para clavarla con fuerza en su aparente punto débil a esperas de ver que ocurriría. La esfera fue teñida de azabache separándose de su cuerpo para seguido estallar, dicha situación dio pie a Helphis para bautizar dichas esferas como "núcleo".

El cuerpo fue desmenuzado por los fuertes vientos convirtiéndose en cenizas que por el mismo vendaval fueron arrastrados a su marcha. Patas aplastando y retorciendo el pasto mientras huían se escucharon con mayor intensidad cuando varias de las fieras supuestas cazadoras se retiraron rápidamente al apreciar el asesinato de uno de los suyos.

Una esencia oscura cristalina brotó de los insignificantes restos adheridos al suelo los cuales observé hasta que el mismo cielo los reclamó, perdiéndose de vista.

Aproximándome a mi hermano me deslicé por el terreno manchando mi pantalón, preocupado posé mi mano sobre la suya que presionaba su pecho.

-Branstor, estamos a salvo, Helphis te ayu...

-No, mi viaje concluye aquí -proclamó interrumpiendo mi sermón -. Fui maldecido con el Veredicto del Nigromante, un hechizo que pudre y extingue tu aura hasta la más mínima porción -sentenció mientras presionaba su pecho donde yacía la marca.

Impactado, sólo lo miré por apesadumbrados segundos en los que asimilaba su inminente muerte. Apoyándose de mi hombro logró incorporarse para dictar una vital orden que debía cumplir antes de su muerte ambientado por el sin parar del sacudir de los árboles y el caer de sus hojas por el viento, llevarlo al Pico de Jedah. Sabía desde el lápiz y el papel que esta misión sería ardua, pero jamás imaginé que tan difícil sería purificar el planeta bélico más peligroso identificado.

Tenía mucho que pensar, pero paradójicamente, sólo tenía algo en que pensar: ¿Cómo transportarlo antes de su fallecimiento hasta aquel llamado Pico de Jedah? Al parecer, era el único que no conocía sobre esa localización. Explicando la situación, hubo un detalle que pasé por alto el cual al momento de que Branstor me hizo recordarla; no pude evitar sentirme estúpido, él tenía el mapa que trazó junto a Tompo.

-Sé mi guía -Asignó mi puesto mientras traspasaba el mapa a mis manos -Dependo de ti ahora.

Miré nuevamente al cielo que mágicamente oscurecido no permitió ver nada a mi alrededor más allá de dos metros delante mía, me encontraba apresado entre incoherentes sensaciones. Era muy peligroso para vagar por este vasto terreno a ciegas, ya el sol había muerto, las lunas brillaban por su ausencia.

-Hoy no podremos continuar, debemos buscar refugio. Helphis se adentrará en tu cuerpo y compensará la deficiencia de tus órganos vitales vinculando su aura para darte energía suficiente para que puedas aguantar hasta mañana.

Examinamos el campo en busca de un refugio donde yacer seguros. Únicamente encontramos una cueva camuflada entre las fauces de una flora y extinta. Gran impresión nos invadió al conocer sobre la existencia de inquilinos en su interior. Helphis iluminó la zona en busca de posibles enemigos, eran solo apacibles cachorros de aquellos entes. Teniendo un gran peso en mis párpados acompañados del abandono espontáneo de mis energías por ayudar a Branstor a caminar, en una de las húmedas paredes lo recosté para luego hacerlo yo. Mi única opción era confiar.

Dentro de un campamento centinela, bajo el haz de una oculta luna, un caldo era preparado con participación de fuego áurico. Un escándalo entre los pocos árboles de la zona obligó a apagarlo y ocultarse mientras un cuchillo de cazador era desenvainado, dos seres desplazándose en la sierra de imponentes montañas se aproximaban sigilosamente.

-Hemos localizado a los forasteros hace dos horas. Se encuentran refugiados en una cueva que actúa como nido de Wolfthenius -informó mirando al cabeza del cuerpo de reconocimiento al momento de llegar -. ¿Informamos sobre los objetivos?

Desprendiendo y delicadamente retirando el hilo que sostenía al cinturón una de sus máscara, vuelve a encender el fuego. Una voz pesadumbre y ronca da estricta orden.

-No, síganlo y averigüen sus planes. Si ven que los forasteros actúan erráticos en sus movimientos, mátenlos. No podemos arriesgarnos, además, necesito hueso para tallar otra máscara.

En una mesa paralela a la fogata donde se calentaba el caldo, fue expuesta una insignia arrancada de una de las vestimentas. Exhibiendo los marcos dorados y un destacado símbolo que contenía a siete alas denotando el alto prestigio en el que se hallaba el portador. En una de las esquinas, bajo el nombre de su mundo estaba plasmado el nombre y apellido del portador: Branstor Reenward.

-Provienen de un terreno desconocido llamado Nithgrian, además de también, por el seguimiento que hemos hecho tenemos sospecha de que puedan manipular su aura -declaró mientras se acercaba al somnoliento líder quien clavaba uñas en sus pómulos para evitar dormir llegando al extremo de brotar sangre dificultosa de coagularse -. Ellos son de otro mundo. Son una amenaza para nosotros, debemos asesinarlo inmediatamente -vociferó en lo que su mano chocaba delicadamente contra la espalda del líder.

-No te alteres sin necesidad. Yo sé a quienes contactar, serán las encargadas de brindar una acogedora bienvenida -aclaró mientras una máscara era puesta en su rostro ocultando míseramente el pequeño río de sangre que corrió hasta su garganta.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 25, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

WIDHART: "El Despertar del Ejecutor".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora